El dispositivo para la extinción e investigación del incendio de Impex, la fábrica que ardió el sábado en la Avenida de Pontevedra, continúa operativo y, por el momento, no hay ninguna novedad. Las dos casas que siguen sin ocupar permanecerán vacías al menos hasta mañana, ya que el viento empuja el viento y el humo hacia ellas. Están situadas en la Rúa da Bouza, en Cea, a escasos metros de la nave de Ratibrom, ya profundamente deteriorada.
 

Las complejidades del incendio implican que la extinción se prolongue durante días, ya que los efectivos deben luchar contra diversos factores. En primer lugar, lo delicado del escenario, cuya cubierta se derrumbó bloqueando la extinción de los focos de combustible. Por el otro, no se puede echar mucha agua, para que no desborde al exterior y acabe provocando un problema medioambiental.
 

En la noche del lunes las alarmas volvieron a saltar, ya que el olor a humo era evidente en todo el municipio y una gran humareda blanca se veía en el cielo. En la zona permanecen los Bomberos del parque de Vilagarcía y el Servizo Municipal de Emerxencias e Protección Civil.
Podemos presentó ayer un escrito ante el Concello de Vilagarcía, para preguntar sobre los protocolos que se siguieron. La formación morada quiere saber si existe un plan para incendios industriales, las medidas de protección a los vecinos y si se les proporcionaron máscaras, si se regula en el plan urbanístico la distancia la distancia mínima entre industrias de riesgo y las viviendas, entre otras cuestiones que presentaron por registro en la Casa Consistorial.