La Fiscalía solicita al juez que desestime la demanda de Oubiña contra Avendaño

La Fiscalía solicita al juez que desestime la demanda de Oubiña contra Avendaño
Avendaño junto a la directiva de Érguete Sara Guntín y ante otras socias de Érguete que ayer le dieron su apoyo | aitana vidal

La causa de Laureano Oubiña contra la “madre coraje” Carmen Avendaño quedó ayer vista para sentencia en los juzgados de Vilagarcía. El juez tendrá que deliberar ahora si cuando la presidenta de la asociación antidroga Érguete le acusó, en una entrevista radiofónica, de traficar con otras drogas diferentes al hachís se excedió en su derecho al ejercicio de la libertad de expresión, vulnerando el derecho al honor de Oubiña. El cambadés pide que se retracte y una indemnización simbólica de un euro, mientras que la Fiscalía y la defensa de Avendaño solicitaron que se desestime la demanda.
La vista, aplazada anteriormente por una ampliación de demanda que no salió adelante, duró poco más de una hora y previamente estuvo marcada por la presencia de una veintena de socias de Érguete que fletaron un autobús desde Vigo para arropar a Avendaño –“hasta la muerte”– y plantarle cara a Oubiña –le abuchearon y descalificaron–.

Sin intención de “matar”
El abogado del exnarcotraficante, Gerardo Gayoso, intentó demostrar que la madre contra la droga “es plenamente consciente” de la inexistencia de condenas por otras sustancias y que, tras hacer esas declaraciones, hace un año ya, buscó la “excusa” de que se refería al contrabando de tabaco, que “no es una droga”, recalcó; y que, en todo caso, según la Convención de Viena, que rige en el ámbito jurídico español, el hachís “no causa grave daño a la salud”. Asimismo expuso que aunque su cliente se dedicó al “transporte” de esta sustancia, “no le da patente de corso para vulnerar” sus derechos.
La viguesa ratificó sus manifestaciones, explicando que las realizó como presidenta de Érguete y negó tener animadversión personal hacia el cambadés, aunque lo considera un “deslenguado” y, por eso, excusó, quizás habla más de él que de otros, pero “no lo vigilo”. En la vista llegó a llamarle “bocazas”, apelativo que luego retiró por “poco apropiado”, y ayer también le acusó de hacer “apología del hachís”; que “no es inocuo, es el inicio para otras drogas (...) y es mi obligación decirlo públicamente”. Es más, en la vista se dirigió a él y le dijo: “No creo que lo haga con intención de matar, pero a través del hachís han muerto miles de chavales”. Además insistió en que “era evidente” la dedicación de Oubiña porque “semejante pazo –por Baión– no se hace trabajando en una zanja”.
En su turno, el exnarcotraficante, como le gusta precisar, insistió repetidamente en que cumplió sus tres condenas de hachís “íntegras, día por día, durante 32 años”. Relató que ambos se conocen desde 1987, cuando “me metí en el maldito pazo”, y desde entonces, ella y su “grupo”, le han “tildado de todo” –de hecho lo de “bocazas” hasta le parece un “piropo”–, pero no “pude defenderme porque estaba en la cárcel”, sino “habría denunciado hace años” y mandó un aviso: “Ahora que estoy fuera pondré las necesarias –denuncias– si se me falta al honor. El 2 de septiembre acaba mi condena por blanqueo y una vez cumplida no debo nada a nadie”.

“Léase el libro”, dice a la fiscal
El arousano calificó de “encerrona” la entrevista origen, realizada en julio de 2017 en el programa “Hoy por hoy”, y el juez le llamó la atención cuando la representante del Ministerio Público le preguntó de que versan sus memoria, ya que le respondió “léase el libro”.
En sus conclusiones, la fiscal expuso que ve las declaraciones de Avendaño como una opinión sobre un tema de interés general, que atañe a un “personaje público” y que están “desprovistas” de tono “ofensivo o vejatorio”. Señaló también que, aunque las posiciones de las partes son “legítimas”, hay abundante jurisprudencia que señala que “en la balanza” prima el ejercicio de la libertad de expresión sobre el derecho al honor porque, además del valor como derecho personal, “funciona como garantía de una sociedad libre”. También expuso que, al no ser Avendaño una informadora, no se le exige prueba de veracidad
Así las cosas, pidió que se desestime la demanda, como la abogada de la defensa, Sonia Fernández, quien argumentó que “no hay un ánimo persecutorio, solo es un uno más” . l

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