La despedida del año fue tranquila en Vilagarcía, con una noche en la que no hay que lamentar incidencias destacables. De hecho, las intervenciones de la Policía Local se limitaron a acudir a llamadas por ruidos en diversas viviendas, típicas de fiestas que se prolongaron durante más tiempo de la cuenta.
Por lo demás, los agentes del cuerpo municipal también se desplazaron a la Avenida da Mariña por daños en los adornos navideños, que en estas fiestas están siendo víctimas de numerosos ataques de los vándalos.
En el caso del ciervo caído en Castelao, todo parece indicar que fue el fuerte viento el responsable y, ya por la tarde, se encontraba de nuevo bien colocado.
Sin tanta resaca de fin de año como en tiempos prepandémicos y con unas temperaturas primaverales, los bares y las churrerías se llenaron de clientes deseosos de cumplir una tradición que se retrasó unas horas: El desayuno a base de chocolate con churros.