Porco celta, una raza única que tiene en Cornazo a su mejor semental

Porco celta, una raza única que tiene en Cornazo a su mejor semental
“Borbón” mira a cámara en una de las pocas ocasiones en las que se deja fotografiar. A su lado, “Sofía” | gonzalo salgado

“Borbón” se pasea tímido por la finca de Cornazo. Acaba de ser distinguido como el semental celta por excelencia, pero no quiere saber nada de cámaras. Comparte sus días, plácidamente, con “Sofía”, “Zapatitas” y los lechones que tuvo de su última camada. Los siete forman parte de la ganadería Delandra, una ilusión que dos amigos, César Roo y Pablo García, convirtieron en realidad allá por 2014. “Fue a raíz de morir mi abuelo”, explica Roo. En su casa siempre hubo animales, desde gallinas a terneras o cerdos. “Le dije a Pablo lo del Porco Celta y así empezamos”.


A la finca de García, en Cornazo, llegaron primero dos ejemplares. Uno para cada uno. Pero poco a poco fue creciendo. “Yo quiero ampliar”, reconoce Roo. Mientras se lo piensan, siguen criando enormes ejemplares de porco celta. “Borbón” llegó a Cornazo hace algo más de año y medio. Elegir un buen ejemplar tiene su técnica. “Hay un estándar hecho por la Xunta”, explica Roo. Orejas y patas largas, cuerpo también alargado o espalda con curvatura son algunas características. En el caso de los machos reproductores, que tengan los testículos simétricos es crucial. “Cuando son más pequeños es difícil verlo”, explica uno de los socios de Delandra. La intuición también juega su papel y claro, “a veces se falla”. No fue el caso.


Una actividad sostenible

Y es que “Borbón” acaba de ser elegido como “Mejor macho reprodutor” en la Semana Verde de Silleda. Un concurso al que se presentaron ejemplares de más de treinta ganaderías de las cuatro provincias gallegas. El jurado determinó que la morfología del de Cornazo era la que más se acercaba al estándar.


Un reconocimiento para dos defensores acérrimos del Porco Celta. “Su carne es mucho menos grasa y el sabor es completamente diferente”, explica Roo, que como curiosidad detalla que los jamones de esta raza, que pese a sus bondades está en peligro de extinción, tienen forma de violín.


El futuro de “Borbón” no pasa, por el momento, por parecerse a un instrumento. Su categoría de semental lo hace importante para el futuro de una ganadería concebida desde un punto de vista totalmente artesanal. Los cerdos pastan en libertad y en la finca de Cornazo comen desde kiwis hasta barras de pan como las que les llevó Roo por la mañana y que devoraron sin pudor. También cereal, muy utilizado para cebar y del que pueden llegar a comer dos kilos y medio al día. “Toman la misma cantidad cuando tienen cuatro meses que doce”, explica el vilagarciano, que recalca que esta opción se encareció mucho en los últimos tiempos. “Cuando empezamos se pagaba a 300 euros la tonelada y ahora está por los 500”, explica. Una completa alimentación para animales de grandes dimensiones. “Borbón” se encuentra entre los 250 y los 280 kilos.


Pero no es el único de la finca que fue a un concurso. “Zapatitas” lo intentó en el de manejo, pero le entró el pánico escénico. “Aquí lo hacía muy bien, pero cuando llegamos a Silleda no hubo forma de que saliese del coche”, relata Roo.


Ambos son del tipo barcino, blancos y con manchas de color gris pizarra; mientras que 

“Sofía”, con manchas negras, es carballina. También los hay santiagueses, todos blancos, pero no son muy comunes. Son algunas de las muchas cuestiones sobre Porco Celta que Roo resuelve con el entusiasmo de todo un apasionado de las razas autóctonas. Cuenta también con dos cans de palleiro. Son 150 los socios que trabajan por la conservación del Porco Celta, una carne de una excelencia muy avalada. En el caso de “Delandra”, la ganadería es una afición que da beneficios para resistir. Venden a socios de toda Galicia y a particulares que se interesan por algún lechón. No descartan ampliar, pero para ello tienen que luchar contra un precio del suelo que “marca el Albariño”. También contra los prejuicios.


“Al estar en libertad, no es una actividad contaminante”, recalca Roo. De hecho, nunca hubo ningún problema con los vecinos de una finca en la que, salvo días de mucho calor, apenas se nota el olor porcino.

Porco celta, una raza única que tiene en Cornazo a su mejor semental

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