El PSOE se mantiene como el más fuerte pero el PP ya le pisa los talones e incluso le gana en algunas mesas

El PSOE se mantiene como el más fuerte  pero el PP ya le pisa  los talones e incluso le  gana en algunas mesas

El panorama apabullante que mostraron las elecciones del pasado 28 de abril para el PSOE en Vilagarcía no se ha repetido en noviembre. Pese a que la abstención no ha sido mucho más significativa que en la cita anterior, los votos de la capital arousana se han repartido mucho más, incluos entre partidos que no han obtenido representación.

Los de Sánchez mantienen la hegemonía, pero ya no ganan en casi todas las mesas, como ocurrió en primavera. El PP remonta posiciones, le pisa los talones a los socialistas e incluso los supera en aquellos feudos que han estado tradicionalmente ligados al partido conservador.

El mapa es distinto, aunque no demasiado, al de abril. Para empezar por la irrupción de Vox, que si repitiese los resultados de Vilagarcía en el conjunto de Pontevedra incluso podría llegar a un escaño.

La extrema derecha irrumpe con fuerza y se convierte en la cuarta fuerza, por encima del BNG, pese a la sutil remontada de los nacionalistas. Los de Abascal se hicieron fuertes en zonas incluso donde apenas se habían dejado notar en las pasada cita con las urnas. Es en las zonas más urbanas y en los colegios con mayor número de electores donde los ultras logran un mayor número de papeletas, aunque llama la atención las 43 obtenidas en A Laxe, donde doblan a Ciudadanos y superan con mucho a los nacionalistas, aunque se sitúan aún muy por debajo de los 126 que consigue la fuerza más votada, el Partido Popular, que recupera uno de los buques insignias perdidos en los pasados comicios.

Otra novedad de estas elecciones es la que representa Más País. Los de Íñigo Errejón se quedaron muy lejos del cinco por ciento y las papeletas llegaron a  la decena en muy pocas mesas, solo superándola en zonas grandes como el Auditorio, San Roque o la Casa de la Cultura. Una excepción la marca Trabanca Sardiñeira, donde la escisión de Podemos obtuvo trece papeletas.

El BNG repunta pero pasa a ser la quinta fuerza en Vilagarcía. Los nacionalistas se hicieron fuerzas en zonas como Faxilde, donde el PSOE dejó caer numerosas papeletas, o en Bamio, la cuna de la portavoz local, Lucía César Veloso.

La irrupción de nuevos partidos por la izquierda y el fracaso de las negociaciones para formar Gobierno pasaron factura a Unidas Podemos, lo que también se dejó ver en la coalición gallega, Galicia en Común. Vilagarcía siguió la tónica general pero mostrando también que la formación cuenta con una amplia base. Casi tres mil votos que, al contrario que otras fuerzas, se distribuyen de forma bastante igualitaria entre el casco urbano y la periferia.  Caída general

Los dos grandes partidos de la izquierda perdieron más de 1.500 votos desde abril. La evolución contraria experimentó la derecha, con la excepción de Ciudadanos. El PP y Vox fueron, junto al BNG, las fuerzas que crecieron en Vilagarcía. Los de Pablo Casado superaron ya a los socialistas en dos de las tres mesas de Carril, frente a la situación que se dio en primavera, donde los del puño y la rosa ganaron en casi todas las mesas. Ahora, el PSOE pierde papeletas en prácticamente todas las mesas, aunque mantiene feudos como el de Guillán y sigue siendo la primera fuerza en numerosas zonas del rural, como Rubiáns, Cornazo y sube en una zona de Cea, probablemente debido a la suma de los vecinos de Castroagudín. Los del puño y la rosa  siguen siendo los primeros en importantes colegios del casco urbano, como Fexdega, Arealonga o A Escardia.

El PSOE se mantiene como el más fuerte pero el PP ya le pisa los talones e incluso le gana en algunas mesas

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