Una imagen vale más que mil palabras y, sobre todo, cuando cambia por completo la fisonomía de un lugar. Es lo que comienza a pasar con una de las principales zonas de esparcimiento de Vilagarcía, la del Paseo Marítimo y entrada a la playa de A Concha-Compostela. Los coches son ya los primeros en desaparecer del foco y pronto lo hará el asfalto.

Y es que las obras de regeneración de la fachada marítima comenzaron con el despeje de este aparcamiento. La intención es convertir O Ramal en una gran pradera, según el proyecto diseñado por Manuel Tanoira y que cuenta con el visto bueno de Costas del Estado. Los objetivos son peatonalizar y renaturalizar este ámbito, transformando la actual explanada de aparcamiento en un espacio público, peatonal y ajardinado. Además, dar continuidad a la estructura verde del Miguel Hernández, uno de los pulmones de Vilagarcúia, hasta el pinar de la playa de A Concha. Otro objetivo pasa por integrar en la ciudad, de una forma urbana y natural, un espacio que nunca estuvo incorporado ni tuvo un destino mucho más allá de su configuración como vacío.

La empresa adjudicataria de los trabajos –Marconsa– y los técnicos municipales estuvieron marcando sobre el terreno el viernes la situación de los servicios y redes y planificando el desarrollo de los trabajos. En total son 4.300 metros cuadrados en el que se colocarán alrededor de un centenar de árboles y una gran pradera en la que no faltará un estanque de agua. Además de los paseos de conexión del parque con la playa de A Concha-Compostela en la zona habrá también un kiosco-cafetería y terraza rodeados de vegetación.