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martes | 30 abril | 2024
El Concello de Vilagarcía aceptó la cesión del viejo aljibe de Vilaxoán, una fórmula jurídica que permitirá que Ravella lo pueda adquirir para luego demolerlo. El gobierno local pretende así poner fin a la peligrosidad que representa la construcción debido a su deterioro. Aunque el proyecto fue de promoción pública, está dentro de una parcela privada, por lo que la administración no podía actuar, según expone.
La estructura, de nueve metros de altura, se erige sobre cuatro columnas de hormigón armado y se instaló en 1949 dentro de un proyecto de la “Obra Sindical del Hogar y la Arquitectura”. Actualmente se encuentra en desuso y el principal problema, según destaca el gobierno local, es su deterioro, con hierros a la vista que pueden causar accidentes.
La asociación vecinal de Vilaxoán, presidida en ese momento por Joaquín Santamaría, advirtió meses atrás al Concello del peligro y la necesidad de una solución, que ahora se presenta en Ravella.
El gobierno explica que la promoción podía entenderse como pública, pero la estructura fue levantada en suelo privado con permiso expreso del propietario. Debido a esto, el Concello argumenta que “non parecía lóxico” que la familia del donante de un terreno para beneficio vecinal, fuese quien asumiera las consecuencias de su deterioro y, con ello, los gastos de su retirada.
Por ello, se llegó a la conclusión de que debe ser la administración quien corra con los costes, a través de la cesión de esa instalación emplazada en un espacio privado. Una vez alcanzado este paso, el Concello deberá tramitar y costear su retirada, previa redacción del proyecto y la contratación de una empresa que lleve a cabo la obra y la gestión de los residuos.
