Reportaje | La Procesión dos Lacóns une historia y devoción en la Candelaria valguesa

Reportaje | La Procesión dos Lacóns une historia y devoción en la Candelaria valguesa
Cientos de vecinos se sumaron a la cita, en la que no faltaron la música tradicional gallega, los cohetes y la gastronomía, y que recorrió los lugares de Vilar, Vilarello, Moldes, As Eiras, Outeiro, Ferreirós y Beiro | gonzalo

Las mujeres abrieron la comitiva con las cestas de lacones en la cabeza. El temporal Helena dio paso al sol, que permitió que la tradicional cita no perdiese fuerza en Valga. Cientos de vecinos acompañaron a San Antonio, San Roque y San Paio en su camino hacia la iglesia parroquial de Cordeiro. La comitiva estuvo amenizada por el grupo de gaitas “Os demos da pataca”, de Ribadumia.


La tradicional Procesión dos Lacóns es una cita muy importante para los vecinos valgueses. A las diez de las mañana el párroco Arturo Lores ofició una misa en la capilla de San Paio de Vilar y, a continuación, salió la comitiva en un largo camino en el que portaron, de inicio, tres lacones. En la primera parada, en Vilarello, se sumaron otras dos patas de cerdo más, hasta completar las cinco que se pujaron al mediodía en el atrio de la iglesia.


Una salva de bombas anunció la llegada de la procesión a cada una de las aldeas. En Vilarello y As Eiras los vecinos engalanaron dos mesas cubiertas con mimosas, camelias y cruces hechas con naranjas en las que reposaron los santos mientras el paso descansaba, y las mujeres que guiaban cogían fuerzas. La recompensa llegó en Ferreirós, con gallegas, anís y vino dulce.


Tras una misa solemne en la iglesia Santa Comba de Cordeiro, tuvo lugar la subasta de lacones. Los más preciados alcanzaron los 80 y 70 euros, mientras que dos se vendieron por 65 y otro por 45.


Historia
Los orígenes de esta procesión se remontan al siglo XIX, cuando una epidemia de peste afectó al ganado y provocó que los vecinos comenzasen a realizar ofrendas a los santos. El 25 de enero, festividad de San Paio, las imágenes de San Antonio y San Roque se trasladan desde Cordeiro a la iglesia de Vilar. Allí permanecen algo más de una semana hasta que, en la Candelaria, ambos santos, acompañados de San Paio, regresan en procesión.

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