La procesión de San Roque reunió ayer a miles de personas en las calles de Vilagarcía y sirvió para poner un punto de calma al frenesí que se vivió en la ciudad desde la madrugada y, sobre todo, a partir del mediodía con la apertura de la Festa da Auga.
Ya con las calles secas y limpias, gracias al intenso trabajo realizado por el servicio de limpieza dispuesto por el Concello, comenzó la ceremonia religiosa con una misa y la posterior salida en procesión del santo más venerado en la ciudad, junto a Santa Rita, acompañado por miles de personas, muchas de ellas portando velas.
Bajo los acordes de la banda de música y los grupos de gaitas, la imagen de San Roque realizó su recorrido habitual hasta recogerse en la iglesia parroquial para darle un punto más de calma a una fiesta que se vive en la calle y en la que los vecinos y visitantes son los protagonistas.
La salida del santo de la iglesia durante la mañana fue totalmente distinta, con vítores como “San Roque es cojonudo” o los acordes del himno gallego. En esta ocasión la solemnidad propia de los actos religiosos fue la que predominó durante todo el recorrido de la comitiva.