Victoria agridulce para el equipo de las Filipenses en su último debate juntos: "No me imagino un futuro que no sea aquí"

Victoria agridulce para el equipo de las Filipenses en su último debate juntos: "No me imagino un futuro que no sea aquí"
Los cuatro jóvenes miembros del equipo I MÓNICA FERREIRÓS

Con un sabor agridulce se encuentran Pablo Alonso, Sofía Rico, Lucas Piñeiro y Lucas Rodríguez. Acaban de demostrar sus buenas dosis de oratoria y trabajo en equipo con una nueva victoria de debate, en este caso, ni más ni menos, que en el Parlamento Xove. Pero también es su último torneo juntos. Y el último con su profesora, María Nogueira, una entusiasta de sus alumnos que vive con entusiasmo cada una de las citas. Y es que los jóvenes, de 4º de ESO, llegarán el próximo curso al instituto y sus caminos se separan.
“Ellos irán al mismo centro, pero yo voy a otro”, dice Lucas Piñeiro, ya decidido a dejar el camino de los debates. “Sin mi equipo, no”. 

 

El resto, aún dudan. El más convencido de continuar es Pablo Alonso, que durante el Parlamento Xove también se hizo con el premio a mejor orador. Se lleva una tablet pero, sobre todo, “el reconocimiento, es lo más emocionante”. Sobre todo, porque ninguno las tenía todas consigo tras unas fases previas complicadas y, sobre todo, una final contra un oponente muy duro. “Eran contrincantes muy potentes”, destaca Sofía Rico. Lo que les tocó debatir no estuvo exento de dificultad. “¿Podrán algún día la tecnología sustituir a los profesores?”. Esa era la pregunta a la que tenían que responder y reconocen que “lo más difícil fue la postura a favor”. Para ello, y tras una tormenta de ideas, semanas después de pensar “dimos con la puntilla”. “La clave está en la palabra poder, porque puede ser viable sustituir al profesor aunque luego el resultado sea nefasto”, explica Nogueira. 

 

Un viaje muy simbólico

Lo importante está, pues, en los matices y, aunque no cuentan con el acta del jurado, creen que la estructura de las intervenciones fue una de las cualidades que les dio una diferencia de veinte puntos con respecto a su rival, el equipo de La Salle. “Los otros eran más agresivos, ellos son más correctos, con precisión de cirujano”, explica la profesora. Llevan cuatro años trabajando juntos y solo durante este curso ya hicieron cuatro torneos.

 

Una semana antes de la competición, estuvieron mirando hoteles y viajes “de forma prudente”. Y es que no tenían todas consigo, ni siquiera el mismo día, pero ahora, con el cheque de 4.000 euros en la mano, el destino que más les gusta es Grecia. “No estuvimos ninguno de nosotros”, dice Sofía Rico. Tampoco la profesora. Sería una forma por todo lo grande de despedirse de una etapa que les ha marcado profundamente. “No me imagino un futuro que no sea aquí”, dicen. “Quisiera quedarme para siempre”, aseguran. Pero llegarán más lugares y también más despedidas... 
 

Victoria agridulce para el equipo de las Filipenses en su último debate juntos: "No me imagino un futuro que no sea aquí"

Te puede interesar