El local parroquial de la iglesia de Santa Eulalia de Vilagarcía sirvió como refugio para celebrar la bendición de las mascotas esta mañana en la capital arousana. Normalmente la ceremonia -que vuelve después de la pandemia- es en el atrio de la iglesia. Perros, algún gato e incluso un conejo recibieron la bendición junto a sus dueños. Una tradición muy arraigada en la localidad.