Vilagarcía construía a principios de siglo 839 viviendas más que en 2016

Vilagarcía construía a principios de siglo 839 viviendas más que en 2016
La crisis dejó numerosos edificios a medio construir a lo largo y ancho de las comarcas arousanas | gonzalo salgado

El ritmo de construcción en Vilagarcía ha descendido en prácticamente un 97 por ciento con respecto a la actividad a principios de siglo. En el año 2000, fueron 151.857 los metros cuadrados de nueva superficie que se pusieron en marcha en el municipio. Una cifra treinta veces superior a los 5.779 metros cuadrados nuevos que se registraron en 2016.
La comparación entre ambos ejercicios también muestra grandes diferencias en otros parámetros. Por ejemplo, al inicio del siglo XXI se construyeron 144 edificios de nueva planta, frente a los 16 del año pasado. El número de viviendas fue de 853, lo que supone 839 a las que se construyeron durante el año pasado. El análisis de las casi dos décadas de siglo sirve para comprobar que la actividad constructiva, en el municipio, comenzó a descender justo al inicio de la crisis. Si en 2007 fueron 122 los edificios que se pusieron en marcha, al año siguiente ya pasaron al medio centenar. En 2009 fueron 33 y a partir de entonces ya fue raro el año que se pasó de la docena, siendo significativo los cuatro edificios de nueva planta que aparecen en 2015.
 

Comarca
El otro municipio de la comarca de O Salnés afectado por la caída del “boom” del ladrillo fue Sanxenxo, que registró su particular época de oro de la construcción en los años 2005, 2006 y 2007, registrando 215, 186 y 161 edificios de nueva planta respectivamente. Un número muy superior a los quince que se construyeron durante el año pasado, según los datos que se recogen en el Instituto Galego de Estatística.
Menos duro golpeó la crisis de la construcción en municipios como Caldas, donde hubo una evolución irregular, siendo el mejor año para el sector de la construcción el 2006, con 46 nuevos edificios, y el peor 2014, con 3. Los preludios de la crisis también dispararon la actividad constructiva en Cambados, que construyó 87 edificios en 2007, mientras que el año pasado apenas registró 4.

En la comarca de Ulla Umia, destaca el caso de Cuntis, que registró cuatro nuevos edificios en 2016, un número poco inferior a los 5 que puso en marcha en 2000. Su record lo alcanzó en 2002, con 15, y la evolución fue bastante irregular y diferente a la del resto de municipios arousanos.
 

Andamios
La crisis además de tener un efecto económico también deja rastro sobre el paisaje de los municipios arousanos. Los esqueletos de edificios que quedaron sin terminar, debido a la quiebra de las empresas o, en el caso de viviendas unifamiliares, por la pérdida de ingresos derivada del desempleo, pululan por Vilagarcía, y Ravella reconoce que no abrió ningún expediente sancionador por este motivo. Las razones que esgrimen desde Ravella son varias. En primer lugar las propias causas socioeconómicas de este fenómeno, pero también la falta de personal en el Concello para asumir las labores de inspección que implica una normativa autonómica que deja caer todo el peso sobre la administración local.

Vilagarcía construía a principios de siglo 839 viviendas más que en 2016

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