No hay mal que cien años dure

No hay mal que cien años dure

hay días en los que todo sale bien y merece la pena levantarse. Incluso hay gente con suerte que encadena varios seguidos y la cosa ya es inmejorable. En este selecto colectivo anda ahora Rodrigo Rato, quien, en apenas unos días, ha visto cómo el Supremo tiraba su sentencia condenatoria asegurando que no hubo nada turbio en la salida a Bolsa de la entidad bancaria y le conceden el tercer grado penitenciario, lo que, además, le abre la puerta a poder solicitar la libertad condicional. Se podría decir aquello de que no hay mal que cien años dure, aunque, seguro que a Rodrigo Rato, esos años en prisión le habrán parecido más de un siglo. FOTO: rodrigo rato | aec

No hay mal que cien años dure

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