El muro que diseñó Trump puede acabar en murito

DONALD Trump vive obsesionado, que es algo que suele ocurrirle a quienes piensan con la entrepierna; cuando divisan a una mujer de buen ver se van a por ella como un toro encastado a la muleta del matador. Pero no es esa su única teima, lo es también su cabellera, a la que mima más que a su esposa, Melania; lo mismo ocurre con el FBI, contra el que echa pestes cada dos días, y otro tanto sucede con el muro fronterizo con México. El Congreso acaba de aprobar una partida de 1.600 millones de dólares para levantarlo y el magnate –¡qué cuidado hay que tener para que no se bailen las letras y escribir mangante!– está feliz. “Se puede hacer mucho con ese dinero.”, proclamó tras la aprobación. ¡Con qué poco se consuela!, pues había pedido a la Cámara 25.000 millones. Veremos si no surge una burbuja del ladrillo.

El muro que diseñó Trump puede acabar en murito

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