Los mismos

Me temo que los he equivocado con el título de este artículo. Por alguna razón, han podido pensar que me estoy refiriendo a los carteles de las próximas elecciones en los que podremos ver las mismas caras que en las últimas citas electorales a las que hemos sido invitados o, más bien, empujados. 

El gobierno progresista que se pretende montar, exige la presencia de las mismas caras que han sido incapaces de acordar un gobierno para España. Sanchez e Iglesias, Rufián y Garzón, Rivera y Errejón son rostros reconocibles por todos y famosos, entre otras cosas, por su incapacidad manifiesta a la hora de “artellar” un ejecutivo. 

Esas mismas personas, exactamente las mismas, tendrán que verse las caras de nuevo tras el 10 de noviembre para ponerse de acuerdo sobre lo que han de hacer para constituir un nuevo gobierno de España. No parece fácil porque de serlo, tendrían que explicarnos las razones que nos llevaron a repetir las elecciones y gastarnos un pastizal del bolsillo de todos para hacer fácil lo que fue imposible apenas dos meses antes. 

Todo ello, con el permiso de los españoles que, a lo mejor, visto el fracaso de los protagonistas, damos un portazo y elegimos otro camino y otros mimbres para dotarnos de nuevos gobernantes. Lo veremos porque las urnas las carga el diablo y la paciencia de los españoles está agotada. 

Quizá por estas razones ustedes han pensado que esta columna iba de política, pero no es exacto. Los Mismos fueron un grupo musical de los 70 que cosecharon importantes éxitos y que en alguno de sus temas se adelantaron 50 años a lo que iba a suceder, una suerte de videncia nunca valorada ni reconocida y a la que hoy quiero rendir homenaje. En su canción “Pon una cinta en el viejo roble” hablaban ya de una cinta amarilla que bien ha podido servir de inspiración para los separatistas catalanes que buscaron en el cancionero español de aquella época la creatividad que necesitaban. 

También en “El puente” cantaban tener miedo al avión y también al barco por eso querían saber lo que tenían que hacer para cruzar el charco, ese en el que Puigdemont y sus amigos nos han metido a todos y cuya solución pasaría por hacer un puente entre Barcelona y Waterloo, será maravilloso. Pero estos artistas setenteros pensaron también en Sanchez e Iglesias quienes tras al divorcio que representaron este verano tendrán que verse de nuevo y decirse “tus besos son para mí, te quiero, i love you”. 

Sanchez le dirá a Iglesias que en la arena escribió su nombre y luego él lo borró, para que nadie pisara su nombre porque del odio al amor hay un paso y los Mismos lo sabían y por eso cantaron “Voy a pintar las paredes con tú nombre” para que sepas que te quiero de verdad e intentar recomponer la relación que por sus egos se cargaron después del 28 de abril. 

Y como la voz de Helena Bianco rebosaba dotes adivinatorias les dio también ideas para celebrar su reconciliación al calor de las islas, los manda a Tenerife que, según Los Mismos, tiene seguro de sol. 

Y como a este grupo musical no le podemos pedir más, bastante han aportado, nos podemos imaginar en esa isla a Pedro y a Pablo bajo la melodía de Anna y Jhony, mirándose sin hablar y entonando juntos aquello de “y yo, también, necesito amar, tómame, libérame del pudor y muéstrame tú cielo confortador”. 

Y es que todo está en la música, aunque ellos no lo sepan, toda historia de amor tiene una banda musical que la refuerza. Pero no se ilusionen, Sanchez e Iglesias parecen ser más de Pimpinela. Que Dios nos coja confesados.

Los mismos

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