Mala cosecha

migos: “Deberíamos utilizar el pasado como trampolín y no como sofá” (Harold Mac Millan). “Lo que haga hoy es importante porque estoy utilizando un día de mi vida en ello” (Anónimo). “El mundo ha conseguido la brillantez sin conciencia. El nuestro es un mundo de gigantes nucleares y niños éticos” (Omar Nelson Bradley).
Llevamos prácticamente tres meses escuchando las vergüenzas de nuestros políticos padres de la patria. No hablo aquí de los demás, política, significa, “de, para o relacionado con los ciudadanos” pues donde digo digo, digo Diego, no quieres caldo, toma dos tazas. El significado de política en este país, cambia su significado, yo lo  traduciría de esta forma: “dícese de grupo de vividores de lo ajeno, que solo se preocupan de sus ideas, sin tener en cuenta las de los demás  ciudadanos para sacar su provecho personal”. Así es como lo pienso y así lo digo, una especie de mafia de ideas, donde el de una idea es rechazado y puesto a los pies de los caballos, por los de otra idea contraria, rival y enemiga. 
Han coincidido un cúmulo de problemas adversos, todos juntos y al unísono,  es decir, los más necios, negativos. Pedantes, usureros y destructores, la mala suerte, que han coincidido juntos, en la misma hornada. Esa hornada, salió con los panes, retorcidos, sin sabor, requemados, solo tienen color, colores estos que es en lo único que piensan, no vaya a ser que lo hagan bien y los manden “al carré”. Tres meses, de zozobra, de desgobierno en momentos verdaderamente delicados para los ciudadanos, para todo el país, y éstos con sus juegos infantiles, pero de primaria, de guardería, con sus fichas de colores sacando unas y poniendo otras de distinto color, amigos; ¿qué hacemos? Lloramos, reímos a carcajada abierta, o montamos en cólera y los echamos a la rúa del percebe sin agua ni comida. La vergüenza que siento como todos vosotros es tan profunda, que lo único que me produce buena sensación es la opción última. Y no hablo de colores ni siglas ni ideas, tan sólo tienen que hablar ceder por ambas partes y llegar a acuerdos. Ahí pierden ellos y ganamos los ciudadanos, eso a ellos parece que no les gusta. Los ciudadanos, simples vasallos, cómo van a ganar. A estos tralla, a los leones, exagero. Pero esta casta sandunguera, se ponen ante un espejo y lo rompen. No escuchan, no ven. Solo hablan todos a la vez. ¿Cómo se van a entender? Ay, aquellos políticos de antes, que falta nos hacen ahora. No tienen ni modales, ni educación, por no saber, ni saben sentarse para dialogar. Bueno eso es un hablar, diálogo es como mínimo entre dos, y cuando uno habla escucha y anota, y al revés. Ahora en política de altos vuelos, son todos sordos. Si no lo eres no vales para hacer política, tienes que poseer un verbo fluido,  rápido de reflejos, y contenido, para decir todo de carrerilla, y los demás sordos, no se enteran, tan solo espera su turno para hacer lo mismo, es un diálogo de sordos. Con esto no pretendo mofarme de los sordos de verdad, todo lo contrario, y ya tienen bastante con lo suyo. Solamente es una crítica a la peor sordera de todas: La que oye pero no sabe escuchar,.
Un ser humano se entiende con otro cuando de buena fe se quieren hacer entender. Los políticos no. Primero, porque se niegan entre ellos mutuamente y segundo y más grave, no van de buena fe. En que manos hemos caído querido hermano, que mal hemos hecho para merecer esto, respuesta, votarlos. Nosotros somos los culpables de este despilfarro de tiempo y dinero, que todo es nuestro, el tiempo y el dinero. 
La próxima, si la hay, ya sabéis hermanos plebe, no hacerlo ¿lo que?, coño, votarlos. Urnas vacías, es el arma de castigo para estos indeseables, que se ríen de todo el mundo, menos de ellos mismos,  exigiendo dimisiones en bloque y devolver todo lo distraído, que va en modo de paga de beneficencia, e ir haciendo las maletas y las cuentas. Si no llegáis a un acuerdo de investidura, a las próximas elecciones por supuesto no ira cualquiera. Necesitamos políticos para cabeza de lista, que sea buen conversador, mejor oyente, afable y dispuesto a saber ganar cediendo. Personalmente tal como van los tiempos, esto es una quimera.
Estos teleñecos, no merecen ni un día más de atención. Por mi parte, santo remedio, cruz y raya, de un servidor no se ríe nadie, ¿ok?. Un saludo amigos. Saúde e terra.   

Mala cosecha

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