Solidaridad en tiempos de crisis

emos aprendido de los japoneses que “crisis” significa “peligro” pero también “oportunidad” y de los chinos, que de esta se sale y es posible recuperarse a corto plazo. De los italianos, que si no somos obedientes esto se dispara y de algunos presidentes como el inglés, el estadounidense o el mejicano, que mejor harían siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias y el sentido común.
Para ser sincera confieso que de todo esto me quedo con la parte positiva, que también la tiene. En el Mundo hemos superado ya la barrera de los 100.000 curados. Una cifra para la esperanza y para la solidaridad. España se sigue definiendo a sí misma como un lugar donde somos propensos a echarle una mano a los demás, a ponernos en la piel del que peor lo está pasando. Para eso las nuevas tecnologías nos lo ponen más fácil. Hay ya operadores que ceden tablets a hospitales para que los pacientes puedan estar más cerca de los suyos. A falta de caricias buenas son videoconferencias. Pero hay más. Somos una sociedad de vecinos, de patios, de reunirnos, aunque no podamos salir. A las 8, en este país, se para y se aplaude. Es un buen hábito que para muchos significa pasar la hoja del calendario mental de este confinamiento. Y cada día el aplauso es más fuerte y para más gente.
Los ascensores de España se han convertido en tablones de anuncios de vecinos que se ofrecen para ir a la compra a aquellos que no pueden o no deben ni hacer uso de las pocas excepciones para pisar la acera. Hay colectivos, en esta ciudad, que se prestan a cubrir las necesidades y recados de los mayores. Hay personas que están imprimiendo pantallas para donarlas a la primera línea de fuego contra el COVID-19 y otras que están cosiendo sin parar mascarillas de tela. Los hay incluso que regalan las máscaras de buceo del verano para que se conviertan en respiradores. Hay quien canta, hay quien proyecta vídeos y películas en la fachada del vecino… todos estamos para ayudarnos a todos.
También he de decir que el día que los que siguen desoyendo las indicaciones y bajan 3 veces al súper cada día hagan caso, antes saldremos todos de esta, más fuertes y más unidos que nunca. Vivimos días de limpiezas a fondo en las casas, de desempolvar hábitos, de rememorar fotos y juegos de cuando éramos jóvenes con los que ahora lo son… hemos parado en seco para darnos cuenta de que somos afortunados y que tenemos mucho que luchar todavía.
Mientras las teles, las plataformas y los museos se abren para compartir contenido. Mientras los artistas nos hacen más llevadero el confinamiento con sus obras y mientras mantenemos el whatsapp conectado las 24 horas del día para estar un poquito más cerca desde la distancia, asistimos a cómo médicos cubanos llegan a Europa para ayudar. A como ciudadanos chinos se ponen en las bocas de metro para repartir mascarillas. A como empresas y empresarios hacen donaciones anónimas de material. Desde famosos a personas que no cuentan ni con grandes fortunas ni con medios, todos en su justa medida. Hay quien ha montado puestos de avituallamiento en plena carretera para los camineros, que sostienen este sistema de abastecimiento vital. Todos ayudan y todos lo agradecemos.
Sin hablar de política por respeto y lealtad (aunque me tenga que morder la lengua a diario) hemos visto cómo “líderes” de la oposición han criticado a Feijóo por ceder respiradores a Madrid… Los insolidarios no son solo los que hacen cola para escaparse a la playa, son también los que no dudan en retratarse con el chip mitinero instalado… “Solidaridad no es dar lo que te sobra, es compartir lo que tienes”. Hagan caso y estén a la altura de la sociedad, que les está dando clases magistrales confinados en casa…

Solidaridad en tiempos de crisis

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