Existen multitud de casos acerca de talentos del deporte que por diferentes motivos no llegaron a lo más alto. Lesiones, falta de disciplina, decisiones equivocadas, infortunio... El más representativo en la historia del fútbol arousano es el de Juan Cambre (Carril, 17/12/45 ), que en el año 1964 jugó la Copa de Ferias (Copa de la Uefa) en las filas del equipo portugués del Leixoes con solo 18 años en Hampden Park ante el Celtic de Glasgow. Cambre era uno de los grandes prodigios del fútbol gallego hace medio siglo, pero con 20 años dejó de jugar para siempre, desencantado por el trato de dirigentes, que siempre lo vieron “como una mercancía, como un jugador del que sacar dinero”, para dar prioridad a los estudios, el deseo de sus padres.
El campo de Veiga de Lamas y la plaza de Carril, enfrente al bar de su padre cuyos clientes le desafiaban a mostrar su destreza, eran los lugares donde “Nito” Cambre jugaba sin descanso a la pelota en los años 50. Con 8 años ya formaba parte del equipo infantil del Carril, y con 10 lo hacía en el Atlético Juvenil en los campeonatos de verano que organizaba el Arosa para captar jugadores. Manolé (ex de Pontevedra y Arosa) era el coordinador de la cantera del club arlequinado que lo fichó para los juveniles con solo 13 años. “Jugaba entrampado porque la edad mínima para estar federado eran los 15, Manolo Gallego tenía mano en la Federación” recuerda Cambre. Su progresión en el Arosa era imparable a principios de los 60, tanto era así que cuando cumplió los 15 años ya entrenaba con el primer equipo e iba a la Selección Gallega.
Con el combinado autonómico, el interior derecho arousano pudo medirse a los mejores jugadores nacionales. La mayoría llegarían a Primera División. “Ir a la Selección un año ya era meritorio, yo fui los tres años de juvenil”, recuerda. Como compañeros tuvo a Quique Costas (Celta y Barcelona) o Manolete (Deportivo y Valencia). Y una amplia lista de rivales. Los asturianos Lavandera, Quirós, Reinares, Abelardo, Junquera o Prieto; los vascos Nando, Zugazaga, Aranguren, Chechu Rojo, Arieta II, Echevarría, Uriarte...y también andaluces como Miguel Reina (padre de Pepe Reina), Ita, Martos o Cruz. Las selecciones jugaban en Riazor, Balaídos y Pasarón antes o después de que lo hicieron los equipos de Primera División, por eso en la grada eran varios los miles de aficionados que presenciaban las exhibiciones del carrilexo.
Los cronistas de la época, tanto en Galicia como en Portugal, destacaban su finura y calidad. A Nito Cambre, a pesar de su juventud, le definían como jugador cerebral, técnica y físicamente muy bien dotado, con excelente golpeo de balón y muy imaginativo en fintas y regates. El Arosa tenía un diamante y los grandes clubes llamaban a su puerta temporada tras temporada. “Eran tiempos diferentes a los de ahora, Deportivo, Celta y Pontevedra hablaban conmigo continuamente, pero yo los remitía al club, al que estaba sujeto hasta los 21 años”.
lo quiso fichar el madrid
Los directivos del Arosa desecharon las ofertas de los grandes gallegos de la época, pero el interés por Cambre también llegó desde otras partes de España. “Siempre me sorprendió que no tuviese la posibilidad de ir a probar al Madrid, como Durán, Mon Búa, Pereira, Pena, Castellanos o Domínguez”. Cambre conoció la verdad del asunto años después en Portugal. “Un periodista que trabajaba para A Bola y el Marca me dijo en una entrevista que el Real Madrid quiso ficharme con 16 años, también el Elche, el Spórting de Gijón y el Espanyol”. La directiva del Arosa pidió mucho dinero por su diamante y las negociaciones no fueron adelante. “Según me contaron, me pusieron un precio de un millón de pesetas en el año 62”.
Pero la ley natural del fútbol precipitó los acontecimientos. En su primer año sénior, Cambre deslumbró en A Lomba en un Torneo San Roque que midió a Arosa y Leixoes. El público coreaba con “olés” sus intervenciones, el técnico del equipo portugués, Pedroto, quedó prendado del talento del carrilexo. En Portugal bautizaron al prodigio que interesaba al Leixoes como “el Cordobés”, el torero deslumbrante de la época. Tras varias semanas de negociaciones, Juan Cambre fichó por el conjunto luso.
Su traspaso estuvo cargado de polémica en el Arosa. Varios directivos, en desacuerdo con la decisión porque querían que fuera al Celta, presentaron su dimisión. El presidente Manolo Gallego tuvo que convocar una asamblea extraordinaria para explicar lo ocurrido. Aunque el traspaso se tasó en 100.000 pesetas, lo cierto es que el pase de Cambre superó el millón. “El Leixoes pagó más de 300.000 escudos, que al cambio eran más de 700.000 pesetas, además donó material deportivo por valor de 50.000 pesetas, un amistoso en A Lomba cuya recaudación superó las 70.000 y pagó durante las fiestas a la Banda de música de Bombeiros y Voluntarios de Matosinhos, más de un centenar de músicos considerados como la mejor banda de Portugal del momento”.
el celtic de Johnstone
A principios de octubre de 1964 Juan Cambre llegaba a Portugal para ser presentado como nuevo jugador del Leixoes. Firmó y se fue a entrenar al Estadio do Mar. Solo dos días después se subió al avión que trasladaba al Leixoes a tierras británicas para jugar en Glasgow el partido de vuelta de la eliminatoria de la Copa de Ferias contra el Celtic (1-1 en la ida).
El 7 de octubre del 64, ante más de 40.000 espectadores en Hampden Park, el arousano se convirtió en uno de los futbolistas más jóvenes en jugar competición europea. “Recuerdo que en el túnel el árbitro, que era un inglés mítico de la época, tras comprobarme las botas me hizo una caricia al verme la cara de niño”. El Leixoes perdió 3-0 y quedó apeado, pero Cambre recuerda que “les plantamos cara, fue un toma y daca, nos marcaron el segundo de penalti injusto en el 83, y el tercero ya al final”.
Ese Celtic sería campeón de Europa en Lisboa dos temporadas después. Un equipo legendario en el que destacaba Jimmy Johnstone. “Tenía 23 años en ese partido, un extremo derecho fabuloso. También estaban Chalmers, Bobby Lennox y Kennedy, el que me marcaba a mí”.
Cambre jugó dos temporadas en el Leixoes, cuando la competición lusa era una de las mejores de Europa. “Era una liga abrasileirada, porque había técnicos y jugadores de Brasil, también muchos otros de Mozambique y Angola, el nivel era muy alto”. El Leixoes sufrió al mejor equipo del continente del momento, el Benfica de Eusebio. “Un jugador increible, el mejor portugués de la historia por encima de Cristiano Ronaldo”. Portugal era una potencia a nivel selecciones. “Les robaron el Mundial de Inglaterra, para mí son los campeones morales”.
En sus dos temporadas en Matosinhos, Juan Cambre disfrutó como espectador en el estadio de As Antas de un duelo inolvidable. “Fue un amistoso Portugal - Brasil, Eusebio contra Pelé, acabaron 0-0 pero las cosas que hizo Pelé fueron impresionantes, es el mejor de la historia con diferencia, el más completo”.
En solo dos años Cambre dejó huella en el Leixoes, pero también su estancia en Portugal marcó al carrilexo. “Es mi segundo país, el trato que me dieron fue extraordinario”. Cambre declinó hacer efectivo el tercer año de contrato, volvió a España para hacer el Servicio Militar.
la jugarreta del racing
Destinado en la mili en Ferrol, el Racing, en Segunda A, fichó a Cambre con un contrato engañoso para hacerse con su carta de libertad. “Yo firmé dos años al abrazo de la mili, la condición era quedar libre luego, me engañaron, no me entregaron la copia y mi ficha no la tramitaron, querían que estuviera dos años entrenando y después estar atado al Racing”. La jugarreta acabó con su carrera deportiva. Cambre no accedió a esas pretensiones. “El sentido ético me impedía poner el trasero”. Dejó el fútbol para terminar sus estudios de Perito Mercantil. “Fue uno de los días más amargos de mi vida, lloré mucho”.
Tras tres años sin jugar, a los 23, el Osasuna quiso ficharlo, el propio entrenador Juanito Ochoa se puso en contacto con Cambre, pero la advertencia de su padre “de que me olvidara del dichoso fútbol” pesó más que su deseo. También reconoce que sus propias dudas tras los años de inactividad influyeron. “Quizá fui un poco cobarde, ahora lo pienso y me arrepiento”. Dejar el fútbol fue traumático, “hasta los 37 años no quise saber nada del fútbol, era un hombre frustrado porque el fútbol era mi vida, me afectó mucho”.
A sus 68 años recién cumplidos y echando la vista atrás medio siglo, lamenta el trato de los dirigentes del Arosa y sobre todo del Racing. “En mí siempre vieron dinero, eso fue lo que me perjudicó, jugaron conmigo como si fuera un chicle”. Tiene el respeto y la admiración de los que disfrutaron viéndole jugar, que coinciden en que fue un futbolista que pudo reinar.