Murillo, uno de los autores más importantes de la pintura barroca española, nació hace 400 años y en el colegio de las Filipenses han querido iniciar con él un proyecto educativo en el que repasarán vida y obra de los máximos exponentes del arte y la literatura nacional, coincidiendo con alguna de sus efemérides. Con él ha nacido una exposición fruto del trabajo realizado en las aulas por alumnos de tres años y hasta sexto de Primaria, quienes han hecho su propia interpretación de las obras más conocidas del sevillano resultando casi nuevas creaciones como un cuadro tridimensional en el que sus “Niños comiendo uvas y melón” se salen literalmente del marco o un puzzle e incluso una maqueta.
Otros valores
María José Abalo, jefa de estudios de Primaria e Infantil, explica que esta iniciativa les ha permitido incluso trabajar valores necesarios para el trabajo en equipo, como el alcance de consenso y saber ceder posiciones para alcanzar un objetivo común, porque algunos cursos realizaron dibujos por parejas e incluso en grupo, como los de sexto, que pintaron una única obra guiados por la “sensibilidad” especial que ya demuestra una de sus compañeras hacia el arte. No sería de extrañar que algún estudiante llegue a guiar su futuro por estos derroteros pues en algunas de sus obras se denota un gran sentido de la proporción y el color. Pero no todo ha sido pintar, los de quinto, por ejemplo, tuvieron que realizar una investigación sobre los originales reproducidos por sus compañeros y hacer una reseña, además de montar una composición artística con sus fotografías tamaño carné emulando el famoso autorretrato de Murillo. El uso de la imaginación ha sido fundamental en este trabajo pues han tenido que utilizar diferentes técnicas artísticas, han experimentado con texturas como hojas, lana real de oveja –que los niños de Infantil aprendieron a hilar–, arena, tapones, cerillas... También han aprendido cómo era la vida en aquella época pues aunque la temática religiosa está muy presente en la obra del pintor barroco, también tiene escenas costumbristas de la España del siglo XVII y muestra también “el papel de la mujer, dignificándola”, explica Abalo.
Los profesores de las Filipenses ya están pensando a quién dedicarán el año que viene, pero hasta entonces la comunidad escolar puede acercarse a Bartolomé Esteban Murillo a través de una óptica diferente