La vendimia toca a su fin en Rías Baixas. Según los datos facilitados ayer desde la Xunta y desde el Consello Regulador de la Denominación de Origen (DO), lo recogido hasta el momento superaría los 31 millones de kilos, situándose en las estimaciones iniciales.
En esta recta final del proceso volvió a salir a colación uno de los problemas que más preocupan a los productores, el precio del kilo de uva, que según algunos cosecheros, sindicatos y asociaciones no cubren, en muchos casos, los costes de producción, por debajo del euro el kilo.
La directora xeral de Producción Agropecuaria de la Xunta, Patricia Ulloa, se mostraba optimista de cara a encontrar una solución a este problema, en un “futuro próximo”, refirió.
Admite que estos han sido unos años “difíciles” en lo tocante a las ventas, pero también se comprometió a trabajar en lo posible para que la situación mejora en próximas añadas.
Es más, considera que a partir de la vendimia de 2016, con la renegociación de contratos y la irrupción del modelo homologado se podrán mejorar estos márgenes de beneficio.
Entre tanto, las bodegas están ya prácticamente a pleno rendimiento de su capacidad y en las parras solo queda una producción mínima de algunas variedades especiales o bajo experimentación.
La añada será normal en cuanto a kilos, pero todo apunta a que se volverá generosa en calidad, gracias a un perfecto equilibrio entre el grado de alcohol y la acidez.