Los vecinos de San Vicente celebraron ayer la Festa da Malla, una recreación de la tradición agrícola de la localidad grovense a la que también se sumaron numerosos turistas. Tras la labor, realizada con unas temperaturas impropias de estas latitudes, tocó reponer fuerzas en una romería muy animada en la que no faltó la música popular. Esta fiesta está muy arraigada en San Vicente y cada vez son más los vecinos que se suman a ella. Además, ya forma parte del atractivo turístico de la parroquia, no en vano en la jornada de ayer fueron muchos los que quisieron sentir en primera persona el trabajo de los antiguos labriegos. Durante la jornada de ayer también se celebraron fiestas en otros puntos de la comarca arousana. A las ya consabidad del Albariño y la Romaría Vikinga, se sumó también la Festa do Mar que organiza el Club Céltiga hasta el próximo 28 de agosto. n D.A.