Un grupo de vecinos de Cambados ha impulsado una recogida de firmas en contra de la construcción de una nueva gasolinera en una finca de As Laxes, en Corvillón. Consideran que el proyecto “no cumple” con todas las exigencias normativas y entre sus principales argumentos está que por la zona discurre un gasoducto y dudan de la coincidencia de ambas en el mismo terreno por cuestiones de seguridad.
La campaña se inició recientemente, pero ya son varios los establecimientos comerciales y negocios de la localidad los que se han sumado y seguirán hasta reunir una cantidad suficiente y presentarla antes las autoridades correspondientes.
Trámites superados
Las obras de la gasolinera se iniciaron hace ya semanas, tras salvar los trámites administrativos precisos. De hecho, superó de manera positiva la evaluación estratégica ambiental de la Consellería de Medio Ambiente y cuenta con la preceptiva autorización del Ayuntamiento de Cambados. La previsión de la empresa es tenerlas terminadas en junio de 2018 y avanzan a buen ritmo. Se trata de una firma santiaguesa que hace algún tiempo estuvo en el foco de la polémica pues apuesta por la automatización y las nuevas tecnologías. Sin embargo, siempre ha defendido no ser una “low cost”, es decir, que no ahorra en cuestiones como la contratación de personal. De hecho, en el plan presentado ante la Xunta, señalaba que la estación contará con dos empleados para atenderla de 7 a 23 horas.
La compañía espera suministrar al año unos 2,5 millones de litros de gasóleo y 1 millón de gasolina en esta área de servicio, que no será la única de nueva construcción en la comarca. La Xunta también ha recibido en los últimos tiempos el proyecto para una estación en la recta de Rubiáns (Vilagarcía). En este caso sería “desatendida” durante todo el día y tendrá dos surtidores y sistemas de pago automáticos –en efectivo y con tarjeta–.
Este proyecto pertenece a una firma andaluza “low cost” en expansión y, de hecho, las instalaciones se vigilarán las 24 horas del día de todo el año desde un centro de control ubicado en su sede central, en Jaén, para “realizar un seguimiento continuo del funcionamiento normal de la unidad de suministro y detectar un posible funcionamiento anómalo que pudiera derivar en cualquier incidente ambiental o de otra naturaleza”. Con todo, apunta que habrá disponible personal para desplazarse al lugar en cualquier momento en que sea preciso.
En este caso las obras todavía no han empezado y la antigua nave que ocupa la parcela sigue en pie. Cuando se termine esta y la de Cambados se sumarán a las nuevas estaciones y otras cuya construcción está planificada o en marcha como la de Caldas, Vilanoviña (Meis) y la de A Pantrigueira (Vilanova).