Un grupo de unos 20 marineros, “trasmalleiros” en su mayoría, soltaron ayer más de 200 “ramos” para facilitar el desove del chopo, pero su pretensión es alcanzar los 3.000. De hecho, tiene previsto realizar una segunda suelta de este tipo de artefactos, hechos con ladrillos y hojas de pino, pero esa cifra ideal dependerá de si aumenta el número de participantes en las labores.
Los preparativos comenzaron a primera hora de la mañana con la recogida de hojas de pino del monte para su posterior traslado al muelle de Tragove, donde se confeccionaron los “ramos”, que no son más que una especie de artefactos en los que se entrelazan y amarran los restos vegetales –siempre verdes– a ladrillos. Sin embargo, está práctica tradicional da buenos resultados y así lo defienden sus promotores, destacando que desde se empezó a pescar chopo, a finales de enero, se están logrando muy buenas capturas, rondando siempre los 2.000 kilos diarios –sin olvidar el récord histórico de 3.000 kilos del jueves– y justamente este año, después de que el pasado retomaran la suelta de esta especie de nidos artificiales.
Esta práctica era habitual en la villa, pero hace unos años se dejó de hacer por falta de implicación de la gente, según comentó ayer uno de impulsores. De hecho, este año habían invitado a compañeros de A Illa y O Grove, pero no acudieron, y “aínda que os 250 ou 300 ramos que botamos parecen moita cantidade, non o son para cubrir toda a extensión de ría, para chegar a zonas da ría máis alonxadas de Cambados”, añadió. Y es que ayer solo se fondearon en las inmediaciones del muelle de Tragove y hacia el puente isleño y lo ideal “sería botar uns 3.000 ou 4.000, pero fai falta xente. A ver se para a próxima hai máis”, declaraba este “trasmalleiro”.
Esta será en dos semanas y están abiertos a la participación de cualquier interesado porque el tiempo corre en su contra. Y es que el desove del chopo tiene lugar ahora, en febrero, y tienen que realizar la suelta lo antes posible.
Varias generaciones de cambadeses han comprobado que la hembra del chopo siente predilección por las ramas de pino –incluso se colocan en las nasas de pesca–. La explicación más lógica, desde un punto de vista científico, es que las agujas del pino mantienen alejados a los depredadores y también sucede que la resina ayuda a la fijación de las huevas. De hecho, el sector tiene “ramos” testigo.