Portos de Galicia ha deshojado la margarita en cuanto a la solución que le va a dar al control de los accesos de entrada y salida de la zona portuaria de Riveira. Aunque desde hace tiempo mantenía un escrupuloso secretismo a este respecto, la presencia desde comienzos de esta semana de operarios de la empresa cambadesa Servicio del Automatismo y Metal en el acceso más próximo a la lonja y los trabajos que están realizando han descubierto sus planes.
Según pudo saber este periódico, la solución elegida para por instalar bolardos eléctricos, también llamados disuasores de tránsito, en cada uno de los tres puntos por donde se entra y sale del puerto. En algunos se pondrá doble pivote debido a la anchura de la calzada. Por si eso fuera poco para el control de esos acceso a la zona portuaria, también se va a mantener el sistema de barreras, para lo que además de solventar algunos problemas que pueda presentar dicho mecanismo, se repondrán los mástiles. Lo que todavía no ha trascendido es el sistema que se implantará para superar ese control, aunque todo apunta que será con tarjetas. El problema puede surgir con personas que no la tengan y que precisen acceder al recinto para hacer su trabajo. Lo que se constató desde el inicio de estas obras, con vallas que impiden el paso junto la rotonda de las Amas de Casa, es un menor tráfico interno en la zona portuaria que en semanas pasadas.
En cuanto a la novedad de los pivotes, cabe señalar que incluyen un sistema de drenaje a base poco más de 50 centímetros de gravilla y aislamiento para evitar humedades o entre agua y pueda empapar el terreno y que derive en averías.