El sonido de la alarma frustró en la madrugada de ayer un nuevo robo en un bar de A Baldosa.Apenas pasaran cuatro horas desde que el bar Lembranza había echado el cierre, cuando un hombre entró por el portal del edificio anexo al establecimiento para acceder al patio de luces que la vinoteca comparte con el inmueble para forzar la ventana de la cocina del local y acceder al interior. Una vez dentro, el hombre reventó la máquina registradora con una palanca, pero una vez que las cámaras le detectaron, saltó la alarma y el caco huyó sin botín.
El propietario del Lembranza, Marcos Ramos, relata que fue la propia empresa de seguridad la que le alertó de lo que había ocurrido. “Cuando llegué al bar ya había dos patrullas de la Policía Nacional. Todo fue muy rápido, apenas unos segundos”,  apunta.
Y es que las cámaras de las que dispone el local y que están siendo investigadas por la Policía Nacional permiten ver la figura de un hombre de complexión delgada, con la cabeza cubierta con una capucha con una palanca forzando la registradora.  
Un vídeo que apenas dura cuatro segundos, pero que puede servir de gran ayuda para la investigación. Y es que no se descarta que este caco sea el mismo que esta misma semana protagonizó un robo, esta vez con botín, en otro establecimiento de la zona. “Lo único que me ha dicho la Policía Científica es que llevaba guantes de obra para no dejar huellas”, comenta Marcos Ramos. Lo más curioso es que el portal por el que entró el ladrón para acceder al patio de luces no apareció forzado. “Los vecinos del edificio que en su mayoría son personas mayores tienen ahora miedo porque la persona que entró dispone de llaves del portal”, dice Ramos.
Afortunadamente, las medidas de seguridad del local funcionaron a la perfección y sirvieron para ahuyentar al ladrón que abandonó el local tan pronto escuchó el sonido de la alarma.
Ahora el propietario del Lembranza deberá correr con los gastos de los desperfectos ocasionados tanto en la ventana trasera de la cocina como con los de la máquina registradora que tras haber sido forzada queda practicamente inservible.