La Diputación de Pontevedra solicitará financiación del programa Life de la Unión Europea para poner en marcha una segunda fase del proyecto Viñas Atlánticas, con el objetivo de extenderlo a toda la provincia y dar el servicio a todos los productores de las cinco subzonas de la Denominación de Origen Rías Baixas. Y es que la primera, por ahora, solo se ha desarrollado en la de O Salnés pero ha sido todo un éxito. Los 450 viticultores que utilizaron este sistema de predicción del riesgo de enfermedades de la uva, lograron reducir el uso de fitosanitarios entre un 15 y un 20% en la campaña de 2012 y se espera que en la de este año, la cifra se supere “sensiblemente”.
El anunció lo realizó ayer su presidente, Rafael Louzán, durante una reunión con bodegueros pontevedreses, donde incidió en el éxito del programa y la utilidad de la plataforma que ofrece datos para predecir la llegada de plagas y aplicar así productos fitosanitarios a cuando sea estrictamente necesario, reportando “notables beneficios económicos e tamén ambientais”.
Ya existe un perfil al que tienen acceso el público en general, pero se había circunscrito a los productores de O Salnés y Soutomaior, pertenecientes a las tres cooperativas participantes en la iniciativa, con medios económicos y técnicos: Martín Códax, Paco & Lola y Condes de Albarei.
Los presentes en el encuentro con el presidente se mostraron interesados en el proyecto, tanto en los instrumentos para una gestión más eficaz de las explotaciones como respecto a la reducción del uso de productos químicos para combatir las enfermedades de la uva, que se realiza mediante un sistema de modelado matemático que permite conocer el riesgo de aparición, fundamentalmente del mildiu.
Cabe recordar que los datos empleados para realizar la previsión se obtienen a través de las diferentes estaciones meteorológicas instaladas en parcelas. Con estos, se les dan a los productores avisos indicando cuándo es conveniente la aplicación del tratamiento y además, hay un apoyo técnico.
Para extenderlo al resto de subzonas –en total son 6.500 agricultores–, sería preciso incrementar la infraestructuras de sensores que capten las condiciones climatológicas, así como la implicación de agricultores y técnicos pues también hay que aportar datos concretos de cada parcela.
comienzos
El proyecto de Viñas Atlánticas, que ha sido alabado por la Unión Europea y premiado, como acción innovadora, nació porque las condiciones climáticas de las Rías Baixas son favorables para la proliferación del patógeno más temido por los viticultores, el mildiu. De hecho, en los últimos años ha provocado importantes daños como en 2009, cuando se registró una merma del 15% de la producción.
Los resultado están siendo positivos pues los viticultores que siguieron el modelo apenas tuvieron pérdidas en la producción y redujeron los tratamientos respecto de la media, en entre un 15 y un 20%, en 2012, a pesar de ser un año desfavorable para controlar el mildiu. Para su puesta en marcha se realizaron cursos de formación.