Una subvención del Grupo de Desenvolvemento Rural (GDR) ha permitido a la Destilerías del Salnés, una de las primeras firmas asentadas en el Polígono Industrial que lleva el nombre de la comarca, modernizar su línea  de producción para erradicar todo rastro de alcoholes tóxicos en su elaboración de aguardiente.
Con una aportación pública de 40.000 euros y una inversión total de 130.000, la empresa ha instalado una moderna columna desmetilizadora, un dispositivo que permite elevar la temperatura de manera constante por encima de los 94 grados y eliminar así todo rastro de metanol, explicó ayer Jesús Candamio, responsable de la firma.
Se trata de un alcohol que en cantidades elevadas resulta tóxico y puede llegar a afectar la vista e incluso provocar la muerte. No había motivo para alarmarse, detallaba también ayer José Antonio Feijóo, presidente del Consello Regulador de Augardentes e Licores Tradicionais de Galicia, ya que las cantidades de metanol presentes en las aguardientes comerciales son excepcionalmente bajas, perfectamente reguladas y controladas. Pero el nuevo proceso que aplica la planta de Ribadumia, además de erradicar su presencia en la composición final del producto, mejora también por ello su calidad, sin alterar el sabor ni afectar al resto de componentes de la bebida.

producción
La planta recibía ayer, además, la visita de la alcaldesa, Salomé Peña, y del delegado de la Xunta, Cores Tourís, que señaló que de esta destilería “pioneira” sale el “80% da produción de augardente”, comercializada bajo las marcas “A Epenuca” y “Lenda Galega”, a través de las que se convierten 1,2 millones de kilos de bagazo en 200.000 litros de bebida. La regidora, por su parte, felicitó a los responsables de la empresa “pola valentía” y también por el “esforzo que fixeron pola súa modernización e por mellorar as súas instalacións e calidade do seu produto”.