Residentes en la Rúa de Lugo, en pleno casco urbano de Ribeira, llevan unos tres años soportando el derrame en plena vía pública de despojos alimenticios depositados por una empresa en un contenedor, así como dentro de cajas de poliespán en ese entorno. Hartos de esa situación, desde la comunidad de propietarios del edificio número 4 de esa calle, que se sienten los más perjudicados, decidieron hacerlo público para que se le de una solución al problema que, advierten, afecta a la salubridad de los vecinos, y creen que las autoridades sanitarias tienen que intervenir para evitar que prosiga.
Un portavoz de estos afectados indicó que después de cerrar el supermercado, los empleados sacan a la vía pública un contenedor con desperdicios de alimentos, como carne, pescado, frutas y otros caducados o a punto de hacerlo, para que lo recoja la concesionaria del servicio. Advierte que, antes de que pase el camión de la basura, grupos de personas acuden hasta en tres turnos, entre las diez y doce de la noche, y rebuscan en el recipiente de basura y, a veces, abren las cajas precintadas. Y precisa que aunque los primeros son más cuidadosos y no derraman comida, los que van después revuelven mucho y restos de alimentos quedan esparcidos por la calle, sobre todo delante de su portal.
Este representante vecinal señala que han hecho propuestas para que ese contenedor y las cajas se coloquen en donde ya hay otros recipientes cerca de la confluencia con la Avenida Rosalía de Castro, pues creen que, al estar más próximos al entorno del consistorio, “a lo mejor se cortan un poco más y no acuden a coger esos despojos alimenticios”, puntualizó. También plantea que los productos que están a punto de caducar podrían entregarlos a alguna entidad que reparta alimentos entre los más necesitados.
Del mismo modo, añade que, pese a ser un vial céntrico, la Rúa de Lugo es una de las grandes olvidadas, sobre todo por la mala iluminación. También se refiere a que en el parque infantil situado entre esa calle y la Porta do Sol se suelen juntar consumidores de drogas y que eso hace que los niños no acudan a jugar. Y dijo que llevan algún tiempo detectando gran cantidad de cucarachas, que acuden atraídas por el calor de un conducto de aire del mismo negocio, lo que lo convierte en un foco insalubre, misma consideración que le da al edificio en obras paralizadas que se ubica en la zona.
El Ejecutivo local indicó que el concejal de Benestar Comunitario, Emilio Pérez, está al tanto del problema y que ya mantuvo antes del verano una reunión con responsables del supermercado, que le pidieron un plazo a la espera de que empezase a trabajar la nueva concesionaria de recogida de basura, para tomar medidas. El edil pretende retomar el asunto con un contacto a tres bandas. Respecto al edificio en obras paralizado, el Concello no aún tiene claro quien es heredero de esa parcela.