El Concello de O Grove renuncia a celebrar este año la Festa do Marisco a pesar de las peticiones de la asociación Emgrobes y de la oposición que llevan tiempo solicitando, aunque sea, un cambio de modelo adaptado a las circunstancias por la Covid-19. El gobierno local considera que nada parecido cumplirá las expectativas de asistencia, ocupación, etc. Que conlleva el formato habitual de aglomeraciones y por las que se pide no renunciar a ella, ya que es precisamente su singularidad –un recinto cerrado, el festival de música, etc.– la que atrae cada año a cientos de personas y que en el panorama actual y con las medias de seguridad sanitarias “é inviable”.
Un acto “simbólico”
Así lo indicó ayer el alcalde, Jose Cacabelos, quien tampoco descarta celebrar algún tipo de acto simbólico, pero que insistió en que un sucedáneo o algo similar a las Xornadas da Centola o iniciativas con la restauración “non teñen moito sentido porque non imos lograr atraer a toda esa xente que moitos esperan e ademais, calquera pode vir ao Grove en calquera momento e disfrutar dunha boa mariscada nos establecementos”. El regidor opina que “no fondo, moitos queren a festa como sempre porque é garante de ocupación e promoción e xa nos gustaría, pero é inviable”, expuso.
Es más, considera que hay presión para su celebración porque “algúns teñen a expectativa de esperar a outubro para recuperar parte do perdido e non pode ser”. Además señaló que el futuro con es una incertidumbre, pero “dende logo os datos que estamos a ver aventuran que se van ter que tomar máis precaucións”.
Consello Local de Turismo
Cacabelos también sostiene que no es momento para convocar el Consello Local de Turismo como le reclaman porque en estos momentos del verano “a xente só está pensando no traballo” y además, añadió que, aunque “seguramente algún non entenda o que quero dicir, o verán non está sendo malo”.
El regidor se explicó señalando que está en contacto con muchos empresarios del sector y que “turísticamente pode calificarse como bo”. Reconoció que no son las altas cifras de temporada anteriores y que “posiblemente” los hoteles “sexan os que máis notan” los efectos de la pandemia, con ocupaciones que han caído hasta el 60 o el 70 %, según calcula. Pero aseguró también que hay restaurantes e incluso chiringuitos de playa concesionados por el Concello que le han traslado que “foi un dos mellores xullos que recordan grazas á imaxe que está trasladando Galicia e a comarca de seguridade”.
Con todo, Cacabelos tampoco negó las dificultades, pero cree que no se debe olvidar que se trata de un año “especial e estraño” y demandó que no se pierda la “capacidade analítica” sobre la situación.