El portavoz parlamentario de AGE, Xosé Manuel Beiras, hizo un llamamiento ayer a la rebelión contra un sistema que oprime a las clases trabajadoras desde un frente amplio y popular de acción.

Tras una asamblea de Anova, corriente integrada en Alternativa Galega de Esquerda, expuso ayer por la tarde en Santiago la necesidad de “combatir” el modelo instaurado y la “barbarie de la derecha”.

Así, respaldó la búsqueda de consensos con quienes son nacionalistas y de izquierda y con aquellos que aceptan los derechos del pueblo gallego.

Recordó que en la formación de AGE la convocatoria anticipada de elecciones obligó a conformar esta coalición de lucha “contra el enemigo”, calificativo aplicado al PP, en un margen estrecho de tiempo; pero que ahora hay tiempo para instaurar ese frente, y es necesario “que se lleve a cabo”.

consolidación

“Hay tiempo para consolidarse”, lo hay “para escuchar y debatir ideas”, subrayó, y destacó que los diputados de Alternativa Galega de Esquerda en el Parlamento no son de AGE o de Esquerda Unida, los dos grupos principales que están reflejados en esta coalición, sino de AGE, de “un grupo compacto de izquierda”.

Beiras indicó, asimismo, que son “la opción del pueblo” y que no se debe perder de vista el objetivo de “desalojar” a los actuales inquilinos de la Xunta.

Sobre esta cuestión, agradeció las aportaciones de los militantes que intervinieron a lo largo de esta asamblea “deliberante” para plantear los problemas y conflictos concretos de cada comarca gallega, porque “tiene que salir desde abajo” lo que Beiras augura “será un reventón social, no institucional”.

Así las cosas, apostó por debatir, sin descalificarse “en ningún caso”, porque tiene claro “hay quien hay que agraviar” que “son los poderes que representan papahostias como los que están en la Xunta”, delincuentes, “muñecos de ventrilocuo” de la Moncloa y “cipayos como los integran el PP” –aunque ha matizado que no se refería a sus votantes–.

También cargó contra el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a quien se refirió de forma velada y comparó con la decadencia de los últimos Austrias.