El portonovés Hugo Andrade iniciaba el pasado mes de noviembre una arriesgada aventura empresarial, al abrir O Laranxo, una iniciativa llamada a dar un toque profesional a la interpretación.
El próximo domingo, 15 de junio, en el Cine Rías Baixas de Sanxenxo, podrá una pequeña muestra del resultado de este trabajo.
Y es que Hugo Andrade trabaja desde hace meses en un taller de teatro para adultos, que ha madurado lo suficiente como para dar vida, sobre el escenario, a dos sainetes de José Cedena: “Autoescuela Fitipaldi” y “La mujer desenmalhostiada”.
Mari Carmen Recuna, Nori Martinez, Valentina Bouzada, Gela Agís, Carmen Míguez, Mayra Martínes y Elvira Aguín conforman el grupo de teatro que ensaya semanalmente para pasar, este domingo, la prueba de fuego.
Las diferencias de edad entre las estudiantes de teatro, que van desde los 19 a los 65 años, lejos de ser un impedimento han ayudado a que este grupo de mujeres haya conexionado a la perfección y hayan convertido su aprendizaje en el mundo de la interpretación, casi como un rato de ocio.
Todas ellas comparten su tiempo entre el trabajo, los estudios, sus responsabilidades domésticas y el ensayo, la memorización del guión y el pulido de cada uno de los personajes a los que darán vida el domingo.
Todas ellas participaron en la Gala de Entretendas organizada por O Laranxo, y también formaron parte del Festival de Paradias, pero este domingo, a partir de las 20.30 horas, estarán solas sobre el escenario para demostrar que “viven” el teatro.
Y Hugo Andrade, su director, está convencido de que lo harán mejor que bien. “Ensayan muchísimo y se lo toman muy en serio. Y el trabajo constante siempre da resultado”, explica.
Este es su primer grupo de teatro de adultos, ya que O Laranxo nació con vocación de escuela de teatro infantil. Sin embargo, hay adultos interesados a realizar actividades culturales, bien para dar rienda suelta a una afición que no pudieron desarrollar en la infancia, bien como terapia de relación social.
“Empezamos con juegos de improvisación, de voz, de expresión corporal, y cuando ellas se dan cuenta están ya actuando pero sin esa presión que supone pensar que tienes que meterte en un personaje”. Y esta primera experiencia, tendrá continuidad, con un nuevo grupo de adultos que impartirá el próximo curso en Dena, donde ya hay más de seis personas inscritas.