El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 3 de Riveira dictó ayer un mandamiento de prisión proveniente de una ejecutoria de la sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, de Santiago de Compostela,  para un conocido constructor de Riveira, Francisco Javier Pérez Rivas, de 37 años, que fue condenado en noviembre de 2005 a tres años de cárcel, además de una multa de 13.000 euros, por un delito contra la salud pública, por tráfico de drogas. Según parece, le fue denegado el indulto que solicitó para evitar su privación de libertad. En un primer momento se le trató de localizar, pero resultó imposible al hallarse en paradero desconocido, posiblemente fuera del país, según sus familiares.
Por ello, la Audiencia Provincial dictó una orden de búsqueda, detención e ingreso en prisión para Francisco Javier Pérez Rivas, al que se arrestó a comienzos de esta semana por parte de la Policía Nacional, que ayer lo puso a disposición de la autoridad judicial. Desde los juzgados fue llevado a los calabozos de la Policía Local a primera hora de la tarde de ayer, donde se está a la espera de que la Guardia Civil acuda a recogerlo a esas dependencias para proceder a su traslado a la cárcel de Teixeiro. Según pudo saber este periódico, la Fiscalía le pedía el doble de pena, pero se le aplicó el atenuante de drogadicción, al reconocérsele que padecía una grave dependencia de la cocaína, que determinaba una minoración de sus facultades volitivas en relación a actos como por el que fue condenado y con el que se buscaba los medios para adquirir la droga.
La detención que ha provocado el mandamiento de prisión de Francisco Javier Pérez Rivas, al que se arrestó hace casi un año en el marco de la operación “Rufus”, se produjo en junio del año 2004 como resultado de unas escuchas telefónicas realizadas por una brigada de la unidad de drogas de la Policía Judicial de la Jefatura Superior de A Coruña. Esos pinchazos, que se efectuaron a dos teléfonos móviles, permitieron descubrir que el citado riveirense iba a recoger en la mañana del 9 de junio una cantidad de droga en una nave de otro condenado -a seis años de prisión debido al agravante de reincidencia en el delito por el que fue procesado- para entregársela a un tercero. En aquella intervención se le incautaron, más de 122 gramos de cocaína, con una pureza del orden del 55%, y que llevaba escondidos en un bolsillo y en un Ford Mondeo. Y se llevaron a cabo entradas y registros domiciliarios en los que se incautaron dos planeadoras, vehículos, emisoras y joyas, de los que no se pudo acreditar su uso o procedencia de la actividad ilícita.