Arousa se protege: un arco desinfectante de personas, mamparas y luz ultravioleta

Arousa se protege: un arco desinfectante de personas, mamparas y luz ultravioleta
En Cristalería Senín, en Caldas, trabajan para atender a los numerosos pedidos recibidos | mónica ferreirós

La pandemia dará paso a una “nueva normalidad”, como gusta decir a las autoridades; un nuevo escenario que ha convertido la salud y la reactivación económica en un indeseable pero irremediable binomio. La realidad se impone: apremia retomar la actividad productiva y comercial, pero también dispensar servicios básicos necesarios como la atención médica presencial o la vuelta a las aulas. Un regreso que será progresivo y marcado por un plan de desescalada sujeto a la evolución de la Covid-19 y por tanto, a cierta incertidumbre. Pero si algo está claro a día de hoy es que las medidas higiénicas y de desinfección serán una constante en nuestra vida cotidiana. Ya lo son, los comerciantes ofrecen en sus puertas geles, guantes, calzas... Pero además de productos conocidos como estos, también aparecen en escena lámparas de luz ultravioleta y máquinas de ozono, antes impensables en una pequeña tienda. Tampoco falta el ingenio, con el desarrollo de nuevos productos como un arco de desinfección de personas con sello “made in Arousa”.

Único inocuo para la salud

Se llama “Sanitarc” y es un sistema ideado por el ingeniero industrial de Ceire, el caldense Pablo Sabarís, y el rianxeiro Jose Rodríguez de Martosa Norte, experimentado empresario en soluciones en construcciones metálicas. En versión cabina o arco (similar al marco de una puerta con posibilidad de atornillado a una fachada) ofrece una solución que roza el ideal –no podemos bañarnos en gel hidroalcohólico– porque emplea una solución de peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) en baja concentración que resulta inocua para las personas y el medio ambiente (se descompone en agua y oxígeno). Y aunque “hay otros desinfectantes homologados por el Ministerio de Sanidad, ninguno como este, recomendado para nebulizar a personas”, explica Sabarís. Ciertamente las autoridades sanitarias recogen en un informe evidencias de que no resulta dañino para la salud y además posee una alta efectividad para inhabilitar el coronavirus. Con todo, el ingeniero advierte: “No podemos garantizar la eliminación al cien por cien del virus, ni nosotros ni nadie. No es una medida sustitutiva del resto de recomendaciones sanitarias, pero sí reduce bastante la carga vírica que puedas llevar en el cuerpo (piel y ropa) y por tanto reduce el potencial contagio y ayuda a rebajar la propagación”. Y es que el ozono, por ejemplo, muy en boga, quedó descartado desde el primer momento. El propio Ministerio advierte de sus efectos nocivos sobre las personas. Pero además de todo esto, cuentan con informes positivos de dos empresas de prevención de riesgos laborales, un médico de medicina general y una neumóloga.

Costes y a gusto del cliente

Su funcionamiento es sencillo, está dotado con un número determinado de nebulizadores que varía en función del tamaño de la cabina o arco, que hacen a medida para cualquier tipo de instalación y según su necesidad de aforo. Estos se activan cuando el individuo lo cruza creando una niebla que no moja, únicamente deja una sensación de frescor, que puede llegar incluso a recovecos como las axilas, resultando más ventajoso que el uso de aspersores. El usuario puede recibir hasta cinco nebulizaciones diarias sin peligro; ni siquiera es preciso cerrar los ojos o la boca. Pero además poseen un modelo de alfombra para suelas de zapatos que puede sustituir a métodos más rudimentarios como barreños de agua y lejía.

Ya está en el mercado y, según Sabarís, hay ayuntamientos, oficinas bancarias y supermercados interesados, pero destaca su utilidad por ejemplo en salas de conciertos, hospitales o colegios. El tiempo de fabricación es de unos 10 días y el coste medio ronda los 5.000 euros.

600 euros para empezar

Y es que adaptarse a estos nuevos tiempos requiere inversión. Por ejemplo, Sonia Leiro de la tienda “Coqueta” de Cambados ya ha desembolsado unos 600 euros entre la compra de variedad de líquidos desinfectantes: desde geles para los clientes, dispuestos en una mesita instalada en la misma entrada (además de guantes y calzas); hasta otros para higienizar el local cada noche (precisa tres horas para actuar) y otros para el mediodía, para la apertura entre la mañana y la tarde; además de la compra de lámparas de luz ultravioleta para la ropa probada –pasa 48 horas en cuarentena – y las estanterías, un purificador de aire y espera la llegada de un dispensador de ozono para la mercancía. Y eso que ya poseía una plancha de vapor a la que ahora aplica un biocida. En total, la ropa probada pasa tres procesos de desinfección. Todo ello comprado desde hace semanas para poder abrir ayer tras descartar funcionar con cita previa, como estaba permitido desde la semana pasada. Pero lo que sea por la salud y tranquilidad de sus clientes porque la “gente tiene miedo, es lógico”, explica.

Las mamparas se disparan

La instalación de mamparas es otra medida que se está generalizando y, en función del tamaño y acabado, la unidad puede oscilar entre los 30 y los 90 euros. De hecho, ante el aumento de la demanda, empresas como Top Ventana, en el polígono de Sete Pías (Cambados) han pasado de atender pedidos puntuales a hacer estocaje de metacrilato para su confección, según explica su propietario, Sebastián Díaz. En principio, el cliente más habitual son farmacias, comercios, oficinas y algún local hostelero para interiores, como protección de barras y entre las mesas, pero son los que menos. En general, el sector no se ha lanzado a la piscina ante el desconocimiento de las exigencias que vendrán y por temor a revivir lo sucedido con la Ley Antitabaco: Las costosas zonas para fumadores pronto se prohibieron sin llegar a amortizar la inversión.

En Cristalería Senín, en Caldas, también trabajan sin parar tanto en la fabricación de mamparas como en su colocación. “Poñemos por toda a comarca e incluso máis alá”, explica su dueño. Advierte que las mamparas que se hacían hasta el momento eran “para baños ou duchas”, pero que ahora las ventas se han disparado en comercios o negocios de restauración. “Foi un non parar todo este tempo. A xente quere ter o local preparado para a apertura”, reconoce. l

Arousa se protege: un arco desinfectante de personas, mamparas y luz ultravioleta

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