Aparecen pintados los carteles y la cristalera del restaurante “O parque de atrás” en Ribeira

Los carteles y la cristalera de la fachada principal del restaurante “O parque de atrás”, en un tramo peatonal de la Rúa de Galicia, en pleno casco urbano de Ribeira, aparecieron este domingo con pintadas de color blanco realizadas con un spray de pintura como de los coches. Los propietarios del establecimiento hostelero indicaron que esos hechos tuvieron que producirse entre las tres de la madrugada y las once y media de la mañana de ese mismo día, pues es el tiempo transcurrido entre el cierre y la apertura del mismo. 

Los dueños señalaron que ya iniciaron el visionado de las imágenes de las cámaras de vigilancia de las que dispone el sistema de seguridad del local para ver la posibilidad de identificar al autor de esos daños. De hecho, manifestaron que llamaron a la Policía Nacional y que les indicaron que lo mejor que podían hacer era revisar las grabaciones y aportarlas como prueba contra alguien, pues de lo contrario resulta imposible saber quien pudo causarlas, aunque no descartan que pudo ocultar su rostro o tomar precauciones.

Lo que si tienen claro los responsables de este negocio de hostelería y restauración es que no se trata de un acto de vandalismo aislado, sino que hay alguien que trata de causarles perjuicios con estas pintadas. En este sentido, señalaron que tienen sospechas hacia alguna persona, pero tampoco tienen la certeza de que sea sin ningún género de dudas, por lo que esperarán a comprobar la aportación de las imágenes de las cámaras para acusar a alguien. Añadieron que hace mes y medio les sucedió algo semejante, pero fue con pintura de sprays como los que se usan en Carnaval, pero precisaron que en aquella ocasión no le dieron mayor importancia, pensando que era una gamberrada. Sin embargo, la reiteración es lo que les hace tener la mosca detrás de la oreja de que se trata de alguien que no les quiere bien.

Los dueños, que por el momento prefieren no hacer demasiadas declaraciones sobre lo sucedido. Sin embargo, afirmaron que aunque fueron numerosos los robos que sufrieron en los ocho años que llevan en la actual ubicación -llegaron a sufrir hasta tres en escasos días y en alguno de ellos les llevaron mucho-, nunca les pasó algo semejante. Dicen sentirse impotentes, pero esperan que se descubra quien hizo las pintadas.