El hombre contra la bestia. Los aloitadores del Curro das Cañizadas, que ayer se celebró en el monte de A Curota, en A Pobra do Caramiñal, tuvieron que emplearse a fondo para doblegar y cortar las crines de los aproximadamente 150 ejemplares que se sometieron a la tradicional “rapa das bestas”.
Las elevadas temperaturas motivaron que la lucha entre los jóvenes y los caballos resultara todavía más espectacular. El ruido de los relinchos y los gritos de los fornidos aloitadores emulaba el de una batalla del medievo y es que estas luchas cuentan con una gran tradición en Galicia.
La rapa das bestas fue el plato fuerte de la jornada, que también contó con otras actividades espectaculares como las carreras de caballos y de burros en las que participaron personas de todas las edades, entre ellas muchos niños.
La monta de caballos salvajes fue llamativa. Los jinetes hicieron alarde de sus habilidades a lomos de unos equinos que se esforzaban entre escorzos para quitarse la carga de encima, consiguiéndolo en una buena parte de las ocasiones.
La conselleira do Medio Rural e do Mar, Rosa Quintana, asistió al Curro das Cañizadas para apoyar este tipo de celebraciones “por seren unha tradición moi arraigada en Galicia”, y que está relacionada con el agrupamiento del ganado para contabilizar la cabaña, verificar su estado o identificar nuevos nacimientos.
El alcalde de A Pobra, Isaac Maceiras, acompañó a la conselleira y remarcó el auge adquirido por esta celebración.