El belén que la familia Rama González instala en su casa del lugar de Sirves, en la parroquia ribeirense de Olveira, no deja de sorprender a propios y extraños. Además de continuar utilizando la lana como principal material desde 2010 en sustituto del musgo que no se permite arrancar del monte, para esta Navidad casi han triplicado el tamaño del nacimiento del año pasado, pues supera los 13 metros cuando entonces rondaba los cinco metros. Ello ha provocado que tuviera que cambiar su habitual ubicación en el salón de su casa por el garaje, que está dentro de su propiedad. Ya fueron numerosas personas las que lo visitaron, pero se espera que desde hoy sean muchas más.
El diseño sigue siendo de la mujer de la casa, María Teresa González, y ha decidido incluir varias novedades como ambientación musical con villancicos, un pueblo nuevo con mercado de productos de frutería, pescadería y alfarería, entre otros, pero también un castillo que construyó su marido, José Luis Rama, con chapa de madera. Además, cuenta con una piara de cerdos, con montañas rocosas, paisajes con desniveles y, aunque mantiene el río de lana azul, un cauce fluvial natural -funciona con un circuito cerrado de agua-, que se encargó de instalar su hijo Abel, al igual que se encargó del alumbrado. A una de las piezas que más llaman la atención del público, sobre todo del infantil, que es el cagón, ahora incorporó la figura del meón que, a buen seguro, no dejará indiferente a nadie que acuda a verlo.
Si el año pasado ya tuvo que estirar un cortar una veintena de ovillos, que se sumaron a los numerosos trozos de otra decena que aún pudieron reutilizar, en esta ocasión, teniendo en cuenta el incremento del tamaño, también fue mucho mayor el material empleado: 44 ovillos nuevos y 16 aprovechados del 2018. Además, un buen número de piezas y edificios fueron restaurados, mejorados y ampliados. Otra diferencia respecto al año pasado es que el desierto no es de lana, sino de serrín, ya que al humedecerlo absorbe el agua y no la suelta, con lo que se evita estropear la estructura de madera sobre la que está montado el belén de calceta.