En los alrededor de diez años de vida de la protectora Callejeros Barbanza fueron muchos los retos que se afrontaron y se consiguieron. El más importante que están alcanzando, y que es el principal objetivo de la entidad, es el de la adopción de los animales. En lo que va de año ya entregó en adopción a un centenar de gatos, una cifra muy importante teniendo en cuenta que durante las semanas de confinamiento no se hizo ninguna. Para que esos animales puedan tener un sitio en el que permanecer entre que son recogido de la calle hasta que alguien los acoge en su nuevo hogar, desde hace casi un par de años dispone de un refugio en Ribeira, en donde ahora viven 40 gatos y dos perros que esperan por un dueño.
En Boiro tiene 20 gatos en otro refugio y en casas de acogida, así como una tienda solidaria, en la que se venden objetos y artículos donados, y cuya recaudación le permite sufragar parte de los gastos de veterinario, que al año ascienden a 20.000 euros. Es atendida por voluntarios, como todo lo que hace la entidad, que cuenta con 20 miembros activos. Rosa Gómez, encargada en Ribeira de Callejeros Barbanza, destacó lo importante que resulta contar con este tipo de instalación, pues de lo contrario no podrían recoger esos animales tras recibir los avisos de vecinos a través de la Policía Local y pueden contactar con la protectora en su Facebook.
Contar con ese refugio ha sido posible gracias a que el Concello ribeirense les ha cedido una caseta que, aunque tuvo varios destinos, en septiembre de 2018 estaba sin utilidad alguna. Se trata de una dependencia con algunas carencias, sobre todo de suministro eléctrico, algo que arrastran desde que esta protectora se instaló allí. Se trata de algo necesario para poder prestarle ayuda a los gatos y perros, como enchufar las mantas para hacerles más llevadero el duro invierno, o para instalar una estufa eléctrica o para calentar un biberón con que alimentarlos. Callejeros Barbanza lleva a cabo la castración de las colonias de gatos en la Rúa de Lugo, en el muelle, el náutico, Bandourrío, Cruxeiras, Aguiño, Palmeira y Corrubedo, para lo que recibe una subvención, que les permite castrar de 20 a 30 gatas al año.