Un brigada destinado en el cuartel de la Guardia Civil de Boiro, cuya identidad responde a las iniciales J.P.G, de unos 55 años, quedó a última hora de la tarde de tarde en libertad provisional tras declarar ante la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 2 de Tui por la imputación de un presunto delito de amenazas graves al Rey de los gitanos de Galicia, Olegario Giménez Morón. Pese a ello, le impuso una serie de medidas cautelares como la intervención de todas sus armas, su comparecer cada quince días en el juzgado y una orden de alejamiento de su víctima. Esa misma decisión tomó la juez para su supuesto cómplice, el agente forestal A.P.G., que le acompañaba en el momento en que se presentó en la casa del patriarca en la localidad pontevedresa de Tomiño.
La Guardia Civil detuvo el martes a estos dos individuos por supuestas amenazas con arma de fuego -a la espera de que se concrete la posible comisión de otro delito según avance la instrucción- cometidas contra el conocido como Rey de los Gitanos de Galicia por unos hechos registrados en el domicilio de este último en Tomiño. El brigada de la Benemérita que fue arrestado en esta intervención policial llegó a finales del pasado verano destinado al cuartel de Boiro, procedente de A Guardia. Su detención cogió por sorpresa a buena parte de sus compañeros en el puesto barbanzano pues, aunque no lo conocían bien por el poco tiempo que llevaba con ellos, tenía varias condecoraciones y el trato con ellos era correcto.
Sin embargo, otros señalaban que se le llegó a abrir un expediente disciplinario cuando dependía de la comandancia de Pontevedra, y no se descarta que suceda lo mismo ahora. Lo cierto es que la Policía Judicial está tratando de investigar lo sucedido en la finca de Olegario Giménez en Tomiño, mientras la familia de la supuesta víctima señaló que se podría estar ante una extorsión e intento de asesinato, tal y como trascendió que denuncia la Sociedad Gitana de Galicia.
El hijo del Rey de los Gitanos, Sinai Giménez, dijo que aunque no se encontraba en la vivienda familiar cuando ocurrieron los hechos, varios de los suyos le dijeron que los dos hombres entraron armados en la casa y que uno encañonó al patriarca y le pidió que le entregase 5.000 euros. Agregó que intervinieron dos miembros de la seguridad de su padre que, tras apuñalar a uno, le arrebataron una pistola del calibre 9 que estaba cargada y con una bala en la recámara y lograron frustrar el asalto, y que también hirieron a su acompañante.
Al cierre de esta edición, 30 personas permanecían concentradas delante de los juzgados de Tui para protestar por la resolución judicial, que consideraron injusta, ya que se podría estar ante un intento de asesinato.