La figura del escritor Ramón María del Valle-Inclán escaló ayer un peldaño más en el podio de los reconocimientos durante el homenaje póstumo que, en medio del diluvio, le tributó el pueblo de A Pobra a su hija, María Beatriz Baltasara del Valle-Inclán, más conocida en la villa barbanzana que la vio nacer como “doña Mariquiña”, que siempre expresó su deseo de ser enterrada allí, y a su esposo, el intelectual porteño Daniel Jesús Devoto Fantoni. Fue con la ofrenda con una corona de laurel que realizaron ante su tumba en el cementerio de San Isidoro de Posmarcos el conselleiro de Cultura, Jesús Vázquez; el alcalde, Isaac Maceiras, y dos nietos del autor del esperpento, Jorge Devoto y Joaquín del Valle-Inclán. La lluvia provocó que el turno de intervenciones en el que se glosó la vida de la homenajeada y su familia tuviera que celebrarse dentro de la iglesia.
Vázquez participó con un discurso de alabanza a los homenajeados y también a Valle-Inclán. Destacó que la estancia de esa familia entre 1916 y 1921 en A Pobra coincide con el deseo del escritor de fundar una casa y una estirpe ligada a O Barbanza, “unhas arelas de posteridade que se proxectan na figura do seu xenro, Daniel Devoto, e de ‘doña Mariquiña’, e na súa vontade de –logo dunha vida lonxe da Pobra–, repousar na terra matria que a viu nacer”, dijo el conselleiro. Y aludió a la figura de Valle-Inclán como “o autor que creou en Galicia, ao que tivo presente a Terra, ao que a interiorizou, a soñou e recreou á medida do seu xenio”.
El conselleiro de Cultura repasó títulos de obras de Valle-Inclán que tienen una fuerte impronta gallega en su expresión, tópica o temática, e hizo hincapié en el hecho de que “non podería ter sido don Ramón se non tivera nacido e medrado en Galicia, se non tivese mamado esta realidade humana e ideolóxica, constituínte e formante das súas calidades de autor”. Vázquez llegó a decir, echando mano de las palabras de Francisco Fernández del Riego, Celestino Fernández de la Vega o César Barja, “case toda a obra de Valle ten latido galego”.
El director do Museo Valle-Inclán, Antonio González Millán, relató parte de la biografía de los homenajeados que están tratando de reconstruir, y el poeta Xoán Xosé Fernández Abella recitó dos poesías de Valle-Inclán. Por su parte, Isaac Maceiras afirmó que todos unidos relanzarán, aún más si cabe, la figura del escritor universal y puntualizó que allí donde se pise en A Pobra, se respira “valleinclanismo puro”.