Lo más probable es que hoy te encuentres con pequeñas ramas de xestas adornando el salpicadero del coche o el parabrisas trasero. No será solo uno ni dos, son muchos los vehículos que lucen hoy este arbusto de color amarillo, que ya forma parte de la tradición autóctona.
Esta costumbre está muy arraigada en la zona de las Rías Baixas y en algunas comarcas como O Barbanza. No necesariamente se utilizan los vehículos como único objeto a adornar. Algunos optan por decorar también las puertas de sus viviendas. Pero la pregunta es, ¿por qué?
Como ocurre con muchas leyendas, existen varias versiones, aunque la más popular es la que habla de la buena fortuna, ya que se cree que, de esta forma, se pueden ahuyentar a las "meigas".
Se dice también que se trata de una celebración asociada a la naturaleza y a la productividad agraria, ya que la tradición dictaba que había que recoger la xesta antes de que saliera el sol, y que quienes no colocaran este ramillete sufrirían las penurias de una mala cosecha durante el año.
También en la comarca de O Salnés, las Rías Baixas y, en general, en la provincia de Pontevedra, se celebra la fiesta de los maios con la llegada de este mismo mes. En ella se exhiben estructuras elaboradas precisamente con materiales naturales: musgo, flores y ramas como las mencionadas.