El puente que atraviesa la desembocadura del río Umia, en la parroquia de Castrelo, es una infraestructura fundamental en la historia de Cambados, pero también en la de la vecina Ribadumia, cuyo término municipal también se extiende hasta el cauce. El propio alcalde, Luis Aragunde, destacaba ayer su importancia y a pie de terreno porque la Xunta está ejecutando en él mejoras estéticas y de seguridad vial. Las primeras que recibe en 25 años.
La Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas ejecuta este proyecto, que cuenta con una inversión de 42.000 euros aproximadamente y un plazo de ejecución de unas dos semanas, pues son trabajos manuales. Los operarios ya iniciaron ayer el lijado y preparado de toda la barandilla para después pintarla de azul galvanizado, como lucen otros puentes pertenecientes a la administración. Actualmente los barrotes presentan óxido, sobre todo en la parte del puente que está más baja y por tanto más próxima al cauce fluvial, y si algún día tuvieron color, hoy lo han perdido por completo.
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El proyecto también contempla la sustitución del “tronco” de los guardarraíles para elevarlos hasta los 70 centímetros reglamentarios pues actualmente no cumplen con la legislación en materia de seguridad. Una medida precisa pues son muchos los vecinos que cruzan andando el puente. Además, como recordaron las autoridades, esta zona forma parte del Complejo Intermareal Umia-O Grove y es muy visitada por aficionados al senderismo, así como al avistamiento de aves.
El delegado territorial de la Xunta en Pontevedra, José Manuel Cores Tourís, lo presentó en compañía de Aragunde, la alcaldesa de Ribadumia, Salomé Peña, el jefe territorial de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas, José Luis Díez, y el jefe del Servizo de Infraestruturas de Pontevedra, Fausto Núñez. Este último explicó que hace 25 años que el puente no se somete a ningún tipo de reforma.