Cuatro años y cuatro meses después de la caída de Cedonosa, lo que queda de sus instalaciones y los terrenos sobre los que se asientan saldrán a subasta pública el próximo martes. Será en el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Pontevedra, en el que ya estaba convocada para el pasado 26 de junio una primera puja que acabó aplazándose. “Houbo unha impugnación por un erro”, explica Ramón Conde, el que fuera presidente del comité de empresa de la otrora pujante factoría de cerámica de Catoira.
El precio de tasación de las naves y la finca asciende a 6,2 millones de euros. Pero no es lo único que se subasta. También la marca Ferrogrés, con la que Cedonosa comercializaba sus productos, tasada en 300.000 euros. La maquinaria que albergaba las instalaciones fabriles ya fue vendida hace años por unos 250.000 euros, al igual que algún mobiliario. Todo lo demás quedó abandonado a su suerte y al alcance de los vándalos y los ladrones, que expoliarion el recinto y desmantelaron las oficinas. Hoy Cedonosa es una ruina llena de escombros.
Para concurrir a la subasta del próximo martes es necesario haber depositado con anterioridad en la cuenta de consignaciones del Juzgado pontevedrés el 30% del valor de tasación de los bienes inmuebles y el 20% del valor de los bienes muebles. También es válido un aval bancario por dichas cantidades.
Los extrabajadores de la empresa esperan que aparezca algún comprador, ya que eso signficaría que podrían cobrar la parte de las indemnizaciones que todavía les adeudan los administradores concursales: una media de 400 euros por cada uno de los 85 empleados que fueron despedidos en marzo de 2009, tras la entrada de la compañía en concurso de acreedores. En total, la deuda con la plantilla ronda los 35.000 euros.