La piscina municipal de Cambados fue y es la primera en kilómetros a la redonda en tener una cubierta retráctil que permite dejar el vaso al aire libre en los días de verano. No obstante, esta decisión cayó casi como una maldición porque desde entonces, su gestión y mantenimiento generan un cúmulo de despropósitos que no tienen visos de solución a corto plazo.
Hace 13 años la actual concesionaria renovaba el contrato para llevar el servicio. En aquel momento el Concello anunciaba en los medios de comunicación un cambio en el reglamento para hacerse cargo del coste del suministro de gas y electricidad, alegando que, aún así, la suya era la mejor oferta de las cuatro presentadas. Sin embargo, parece que no llegó a asumir tales gastos o por lo menos en la medida deseada por la empresa porque esta renunciaba a la concesión en 2008, alegando el incremento en el precio de la energía y un número de usuarios insuficiente para convertirlo en un negocio rentable.
El principal culpable era y es la falta de hermetismo en las piezas, por donde se escapa el calor. El propio exalcalde José Manuel Cores Tourís reconocía aquel año que el sistema era un fracaso y anunciaba la redacción de un anteproyecto para someter las instalaciones a una amplia reforma. Asimismo indicaba que se redactaría un nuevo pliego de condiciones y el servicio se sacaría otra vez a concurso. No obstante, mientras no se volviera a adjudicar, Gimnasios Pazos seguiría llevándolo.
sin cambios de concesión
Este acuerdo se sustentó en un convenio firmado entre las partes, mediante el cual, el Ayuntamiento asumía la totalidad de los gastos del consumo de electricidad y gas, y la firma saldaba su deuda, que por aquel entonces era de unos 30.000 euros. Tenía vigencia de un año y por ello contó con el beneplácito de PSOE y BNG. Sin embargo, nunca se abrió un nuevo procedimiento, bajo la promesa de que se haría cuando se reformasen las instalaciones y hasta hoy.
Precisamente, el portavoz de los nacionalistas, Víctor Caamaño, indicaba ayer que el asunto de la piscina les parece “un erro de planificación dende o principio”. Es más, considera que esa cubierta “foi un capricho do exalcalde Tirado” y acusaba al Partido Popular, en sus respectivos mandatos al frente del Gobierno local, de engañar a la oposición y a la ciudadanía. “É o modelo dos populares, prometen en lugar de ser sinceros e agora o xustifican coa crise, pero a promesa da cuberta incúmprese todos os anos e dende hai catro, polo menos. Gustaríanos que se solucionara, pero entendemos que agora hai outras prioridades”, declaró con resignación.
El segundo anuncio de sustitución de la cubierta llegaba en el verano de 2010, cuando el secretario xeral de Deportes de la Xunta, José Ramón Lete Lasa, visitaba las instalaciones para comprobar “in situ” sus necesidades. Unos meses después, el Pleno aprobaba la cesión del recinto al Gobierno gallego para que pudiera acometer las obras. Y justo un año después, cuando incluso se hablaba de que la obra costaría unos 400.000 euros, el departamento dio de baja el proyecto por culpa de la crisis.
exigencia de la oposición
Desde entonces y hasta ahora, los grupos de la oposición vienen exigiendo al Ejecutivo del actual alcalde, Luis Aragunde, que tome medidas y cambie el modelo de gestión. La última vez fue en un pleno de 2012, cuando la concesionaria todavía debía más de 20.000 euros al Ayuntamiento y las arcas municipales seguían haciendo frente a los gastos de consumo energético, aunque Aragunde dijo en aquella sesión que ya solo asumía una parte. Sin embargo, a ojos de socialistas y nacionalistas las cantidades seguían siendo muy elevadas y la propia Intervención municipal estaba poniendo reparos.
Según el informe económico de este organismo para la Conta Xeral de 2012, el Ayuntamiento presentó una factura de Unión Fenosa por 3.252 euros por un mes de servicio de 2011; y Gas Natural otra de más de 9.000 euros por el periodo del 1 al 31 de enero de 2012. Una propuesta que reprobó, remitiéndose a su primer informe negativo sobre la situación de la piscina, de 2009, donde indicaba que el acuerdo plenario de 2008 “non se axusta á legalidade vixente e se deberá proceder a revisar de oficio, debendo liquidarlle á empresa Gimnasios Pazos as cantidades por consumo de enerxía xa que de o contrario estaríase producindo un menoscabo dos caudais municipais”. Además, ese mismo año se pasaban otros cobros a las arcas locales como obras de una empresa de aislamientos, por 5.400 euros, y otra de 7.600 por deshumidificadores para la piscina.
Por lo menos, en el último año ya no ha habido más promesas de arreglar la cubierta. A raíz de la dura crítica realizada hace unos días por el Club Natación do Salnés, la Xunta indicaba que no disponía de crédito y que, en todo caso, se buscaría el apoyo de otras instituciones, pero el propio alcalde reconocía que no cree que la solución llegue todo lo pronto que quisieran. n