Un terminal de punto de venta es lo único que se ha podido salvar de las llamas que la pasada noche del jueves arrasaron la caseta de Mission Surf School ubicada en A Lanzada. El fuego se originó pasadas las doce de la noche y hasta el lugar se desplazaron los servicios de Emerxencias de Sanxenxo que se encargaron de sofocar el incendio que rápidamente se propagó por las instalaciones.
El gerente y propietario de Missión Surf School, Milo Castelo, realizaba ayer balance por la mañana de los daños a pie de la caseta. “Aquí se quemó el trabajo de ocho años que es el tiempo que llevamos aquí con la escuela. Habrá que empezar de cero de nuevo”, lamenta. Más de 200 trajes de neopreno, tablas y remos, afectados por el fuego, se almacenan en el exterior de la instalación. “Es mucho dinero, unos 40.000 euros en daños. Cada traje cuesta unos 200 euros, también había tablas... Todo está inservible”, señala.
De hecho, ayer mismo tenía prevista una clase por la mañana que tuvo que realizar con material de “la competencia” que amablemente se prestó a dejarle. “Los que estamos aquí desde hace muchos años nos llevamos muy bien”, afirma. Respecto al origen y tras hablar con la Policía Científica, Castelo señala que “todo parece indicar que fue provocado porque se ha detectado el origen del incendio en una esquina exterior de la caseta”. Presumiblemente, alguien lanzó algún objeto inflamable a la caseta para prenderle fuego. Castelo incide, además, en que el único cable de la instalación, un TPV ubicado en el interior de la caseta está intacto. “Eso demuestra que el problema no fue eléctrico”, dijo. l