El tobogán acuático instalado desde el pasado jueves en la Praza Alcalde Segundo Durán está resultando un gran éxito, pues desde el pasado jueves hasta ayer fueron más de 5.000 personas las que se divirtieron con esta instalación, que les permite zambullirse en el agua tras tirarse sobre un flotador por una rampa de unos 50 metros de longitud y con una pendiente del 10%. El resultado cosechado en los cuatro primeros días ha provocado que se decidiera ampliar hasta el domingo el plazo de permanencia de esta atracción en la localidad. El Concello pobrense, que había sido el impulsor de esta iniciativa, dentro de una campaña de dinamización comercial y turística, no contaba con partida presupuestaria para hacer frente a ese coste, por lo que fueron los propios empresarios los que han asumido, con el pago de 20 euros cada uno, el coste del servicio.
La Administración local sufraga la contratación de los monitores que la atienden, así como de elaborar las invitaciones que luego se distribuyen entre los clientes de los establecimientos hosteleros y comerciales, incluyendo los puestos de la plaza de abastos. Hasta la fecha se repartieron 25.000 entradas, aunque muchos de ellos, sobre todo personas mayores, no harán uso de las mismas. El tobogán funcionará hasta el día 29 de julio en horario de 12.00 a 14.00 y de 17.00 a 21.00, y hasta ahora es la tarde el periodo en el que se forman las colas más largas para tirarse por esta atracción, aunque el resto del día la afluencia es bastante fluida
Por otro lado, la playa ribeirense de Coroso se vio invadida materialmente ayer al mediodía por las tripulaciones de medio centenar de peculiares e, incluso, ingeniosas embarcaciones artesanales, y que sus constructores insistieron en decir que estaban “feitas a machada”. El objetivo era participar en una competición en la que lo más importante era salir a flote. Tras escucharse el pistoletazo de salida zarparon un buen número de ellas, pero a otros les pilló desprevenidos y salieron unos segundos más tarde. Hubo algunas que nada más salir perdieron el “pan de millo” o “motores” para propulsarlas, especialmente porque al tocar el agua la sintieron muy fría y renunciaron a seguir, lo cual hizo que sus compañeros bajasen los brazos al no poder seguir solos. Otras “zozobraron” o “escacharon” a escasos metros de la costa”, algo que no hizo el barco del grupo “Estou que Eskacho”, que fue la más rápida en completar la prueba, al invertir un par de minutos. Y también hubo algunas que pese a llegar rápido al lugar de virada, sobre todo al ser impulsadas por el viento del sur, no fueron capaces de girar y fueron bastantes las que tuvieron que ser remolcadas hasta la orilla. l