Arnold da Taravela es el nombre del doberman que en escasas horas pasó de un relativo anonimato a ser considerado un auténtico héroe en Riveira, al localizar a una octogenaria natural de Aguiño que el domingo se escapó de la residencia de Artes y se la dio por desaparecida. Su rastreo, al igual que el de su compañero Chac, un border collie, fue fundamental para encontrarla en una zona bastante inaccesible. Su dueño, Marco Antonio Pérez, que es presidente del colectivo Atletas Caninos, integrado por 31 socios -en su mayoría son de O Barbanza-, tiene claro que, sin afán de protagonismo, la colaboración de los perros fue esencial para localizarla y que, de no ser así, posiblemente ahora se hablaría de otro desenlace.
-¿Qué cualidades tiene Arnold da Taravela para el rastreo?
-Aunque no tiene nada especial para la búsqueda de personas, yo juego mucho con él a encontrar objetos que le escondo, e incluso lo use con éxito para encontrar a otro animal. De Arnold da Taravela te puedes esperar cualquier cosa, pues hace cosas poco normales en perros, pues sabe contar y corta la cuerda de una persona atada. Lo cierto es que empezó a competir con 7 meses en bikejoring y ya empezó a destacar, superando a sus rivales con amplitud. Le faltaban horas para cumplir 12 meses y nos presentamos al campeonato gallego y ganamos las dos etapas, en Santiago y O Son, pero nos descalificaron al no tener un año.
-¿Que le ocurrió a este perro para dejar de competir en pruebas deportivas?
-Acababa de cumplir un año y se precipitó al ir detrás de una perra desde una altura de 8 metros de unas escaleras del polideportivo de A Fieiteira, y anduvo cojo bastante tiempo, pero luego se pudo comprobar que no tenía nada grave. Con un año y medio quedó clavado hasta el pulmón en una valla, pero afortunadamente lo pude recuperar e incluso compitió en el circuito estatal de media distancia, quedando segundo y primero en dos etapas, sin participar en las otras dos. En marzo de 2013 estaba preparándolo para una prueba nacional en A Curota y rompió el ligamento de una rodilla y ahora está retirado. El anterior doberman que tuve, Hades, hacía rescates acuáticos, e incluso me iba a buscar el periódico y llaves del coche al dejarlas olvidadas en la cerradura.
-¿Como surgió usar a Arnold para el rastreo de la mujer?
-Se me ocurrió ayudar en el operativo cuando me vinieron a preguntar si viera a esa anciana. Primero fui con Chac y luego con Arnold. Tanto con uno como con el otro, pronto me di cuenta que algo marcaban hacia la carretera y un pinar, aunque me parecía extraño pues no era fácil llegar a ella y menos para una persona de edad avanzada. Se podía temer que estuvieran equivocados, pero afortunadamente dieron con ella, algo que suscitó los halagos de vecinos y de la propia residencia, y una de sus enfermeras me trasladó las muestras de agradecimiento de una hija. Después de que Arnol le lamió la cara, me dijeron que la mujer le dio besos a la foto del perro en el periódico. Eso quiere decir algo. Para que luego digan que el doberman es peligroso. Es potente y con carácter. Si el dueño lo sabe controlar no hay que temer, pero si no lo sabe aguantar puede ser una bomba. Hay que saber diferenciar razas de ejemplares.
-¿Piensa que lo conseguido por Arnold puede darle un empujón para Atletas Caninos?
-La heroicidad de Arnold puede darnos un empujón a la asociación, pero también puede convertirse en un arma de doble filo y al querer ayudar nos demos un batacazo. No descarto que alguno de mis perros le pueda dar una preparación especial para el rastro y búsqueda de personas, pero no me quita el sueño. n