Si Ramón María del Valle-Inclán levantase la cabeza y acudiera estos días al mirador de A Curotiña que lleva su nombre y desde el que solía admirar y “saborear” la ría arousana, que le sirvió de fuente de inspiración para sus obras, a buen seguro que regresaría asustado y compungido a su tumba en Boisaca. Y es que la imagen que se puede observar estos días desde el cruce de Moldes de la carretera DP-6705, de subida hacia A Curota, presenta un buen número de pintadas que afean ese hermoso paraje. Si ya de por si el asunto es grave, mucho más lo es por el contenido de lo escrito, que es de corte satánico, en los que se invoca o hace referencia a Satán y a Lucifer.

En el propio mirador de A Curotiña se puede ver tanto en la piedra del busto pétreo del escritor universal como sobre una plaza de aparcamiento reservada para vehículos de personas con movilidad reducida un símbolo que podría llevar a la confusión teniendo en cuenta el contexto en que aparece con como “Lucifer Ángel Temido” o “Ángel Caído”. Es parecido a un hexagrama, que es uno de los más potentes usados en los poderes de las tinieblas y en trabajos de magia, pero que en este caso le falta el círculo que la envuelve, por lo que es como la estrella de David.

En ese estacionamiento puede leerse:  “Se armará la legión y ahora vendrá con la gloria, con la luna llena vendrá con más poder”, y en el panel del propio mirador figura la palabra “Muere”. Más abajo, en unos pilares de la entrada del antiguo vertedero se lee: “Todos reunidos hermanos. Así sea”, “Adelante”, “Matar” y “Cuantos más seamos, más seremos”, junto a la ya citada estrella de David. En tres señales de curvas peligrosas se puede leer: “La hora”, ““Se acerca, hermano” y “Sabios los dichosos”, mientras que en unos paneles en Moldes aparece escrito “Te voy a matar”, “Sacrificio justo” y “Ha llegado el delirio. Satán Ángel Caído”. Y hay cruces, pero no son invertidas, que si se usan como burla y rechazo a quien fue crucificado.

Las personas que, hasta que la lluvia lo permitió, se acercaron a disfrutar de la naturaleza y las vistas desde A Curota no dejaron de sorprenderse de lo que tenían ante sus ojos. Algunos lo calificaron de vandalismo y otros indicaron que las pintadas eran obra de un loco. Un visitante expresó todo su desprecio hacia su autor “que demostra que nin tan sequera se respeta a si mesmo”.