Una nueva alerta sanitaria procedente de Francia sacude al mejillón gallego. Dos lotes de molusco en conserva fueron retirados el pasado 6 de octubre del mercado galo tras haberles sido detectado toxina lipofílica en los autocontroles rutinarios de una de las empresas distribuidoras. Fuentes de la Consellería do Mar aseguraron ayer que tres días después de la alerta, el Intecmar remitía toda la documentación sobre la trazabilidad del mejillón a las autoridades francesas para los análisis pertinentes y que no se produjeron intoxicaciones porque el molusco “non chegou ao consumidor”.
Sin embargo, la Xunta investiga ahora un dato inquietante: El mejillón de los dos lotes que decretaron la alerta en Francia procedían de “polígonos que levaban dous meses abertos e que trala alerta seguen operativos”.
En el sector transformador la noticia de la alerta viene a confirmar el problema que desde hace más de un año vienen denunciando públicamente: La falta de una equivalencia para el mejillón transformado en el método químico. Y es que en la actualidad el mejillón que adquieren los cocederos para enlatar debe estar por debajo de los 80 microgramos en toxina para que, una vez elaborado, los niveles sean inferior a los 160 microgramos que marca la ley. La mayoría ha decidido trabajar con estos límites y costearse unos análisis alternativos antes de la compra de una barcada de mejillón con el coste que esto supone. Sin embargo, el mejillón de estos dos lotes de Francia, según se apunta desde el sector, se extrajeron en el mes de enero cuando “todavía no se sabía hasta que punto se alteraban los niveles de toxina una vez transformado el mejillón”.
Lo que aseguran, fuentes del sector de la conserva, es que el mejillón que decretó la alerta en Francia es perfectamente apto para el consumo. “Después de un año seguimos sin un método de análisis químico para el mejillón cocido y continuamos aferrados al bioensayo que quedará ya definitivamente desterrado el próximo 31 de diciembre”, apuntan fuentes del sector transformador.
El problema podría agravarse, según apuntan desde el sector productor, si finalmente el mejillón se destina en su mayoría al fresco donde los niveles se mantienen lo que provocaría una alteración importante de los precios. “Sería una ruina para el sector productor y solo por no realizar las comprobaciones oportunas”, dicen. n