Las collareiras de O Grove se han dirigido al Concello con la intención de iniciar una negociación para que la administración local modifique la ordenanza que rige la venta ambulante de collares realizados con conchas marinas y que fue aprobada en el año 2010, después de un largo proceso encabezado por la nacionalista Victoria Canoura.
La pretensión de este colectivo es la de poder vender productos elaborados con nácar, cuya comercialización se encuentra completamente prohibida en la actual normativa municipal.
Ya en su día estas profesionales mostraron su malestar por la rigidez de la ordenanza e hicieron alusión a este material. Así, la que en su día fue la vicepresidenta del colectivo que se creó como consecuencia del inicio de las negociaciones para aprobar el reglamento criticó que no se pudieran vender artículos hechos a mano por el simple hecho de estar elaborados con nácar.
Ahora, este colectivo, que siempre se ha caracterizado por estar muy dividido, retoma sus reivindicaciones y ya ha iniciado movimientos para intentar conseguir una modificación de la ordenanza con el objetivo de que sea algo más flexible, sobre todo, con el tipo de materiales que se pueden comercializar.
origen de la ordenanza
La ordenanza que regula la venta ambulante de collares se aprobó durante el anterior mandato como consecuencia de las continuas quejas que se registraban como consecuencia del tipo de materiales que vendían las collareiras.
Victoria Canoura, concejal del BNG por aquel entonces, fue la encargada de asumir esta compleja tarea, después de que los comerciantes de A Toxa mostraran su malestar por lo que entendían que era una “competencia desleal” por parte de las collareiras, que, en lugar de limitarse a vender collares artesanales, ponían a la venta todo tipo de productos y de materiales.
Antes de la aprobación de la ordenanza la edil intentó que las collareiras respetasen una serie de pautas. Sin embargo, siempre había un grupo de vendedoras que se negaban a aplicar las recomendaciones del Concello y finalmente la administración local se vio obligada a regular la actividad de estas mujeres.
Victoria Canoura aseguró en su día que si las collareiras se hubiesen limitado a vender productos artesanales realizados con conchas y se hubiesen comprometido a no sobrepasar unos límites igual no habría sido necesario regular de manera tan rígida esta actividad.
Sin embargo, los continuos problemas que había en A Toxa entre estas vendedoras y los comerciantes y el hecho de que incluso se llegase a vender bisutería en algunos puestos hizo que el Concello interviniese.
Así, finalmente se aprobó una ordenanza en la que queda expresamente prohibida la venta de artículos que no contengan como materia prima principal las conchas marinas. En concreto, el texto hace referencia a metales preciosos, piedras semipreciosas, cristal, cuero, nácar, coral, tejidos, porcelana, madera, plástico o pasta química.
Es precisamente en este apartado en el que las collareiras quieren que se haga una modificación, ya que buscan poder vender artículos que contengan nácar en sus puestos.
Desde el Concello de O Grove se encuentran actualmente analizando esta petición y ya han puesto en conocimiento de los grupos de la oposición la existencia de esta solicitud realizada por las vendedoras de A Toxa que, por el momento, todavía no se sabe si va a llegar o no a buen puerto. n