Los extrabajadores de la empresa constructora Marconsa cobraron ayer el dinero que se les adeudaba desde hace meses, después de que, al parecer, se agilizasen los trámites por parte de la administradora concursal que llevaba el caso. Fuentes de la plantilla apuntaban ayer que en sus cuentas ya están ingresadas las cuatro nóminas, la extra y también la liquidación que les pertenece a cada uno de ellos, de ahí que de esta forma haya quedado totalmente saldado el asunto sin necesidad de acudir al Fogasa ni a los tribunales.
En todo el proceso concursal que envolvía a la empresa establecida durante años en la recta de Rubiáns existían un total de 14 trabajadores afectados a los que, entre todos, se le adeudaban cerca de 200.000 euros. Desde el primer momento desde el sindicato CIG, que llevó la lucha de los trabajadores, todos estos retrasos correspondían a la “nefasta xestión” realizada por parte de la administración concursal. Y es que, desde el minuto uno, la central sindical consideró que las dos subastas que se realizaron (una por la planta de Catoira y otra por la de Vilagarcía) serían suficientes para hacer frente a los 836.000 euros que la entidad constructora adeudaba desde que entró en proceso concursal. De hecho en varias ocasiones pusieron de manifiesto este parecer.
Ayer los exoperarios apuntaban a que “o empresario dixo que no concurso habería cartos para pagarnos e hoxe demostrouse que así foi porque o temos xa ingresado na conta”.
Cabe recordan que, ya con anterioridad al concurso de acreedores, la empresa tenía una deuda de seis millones de euros. Además desde la CIG ratificaban que la empresa tiene pendiente el cobro de obras realizadas en diferentes administraciones y que ascenderían, en teoría, a más de dos millones de euros.

gastos innecesarios
Hace poco más de un mes el sindicato CIG denunciaba que desde la administración concursal se acumulaban gastos “totalmente innecesarios”. De hecho en el caso de la nave de Rubiáns el pago del alquiler suponía al mes en torno a 10.000 euros, así como el hecho de sumar los 4.300 euros al mes de la planta de Catoira en electricidad donde hace muchísimos meses donde no existe ninguna actividad.
El cierre y entrada en concurso de acreedores de Marconsa se achacó por parte de la empresa desde el primer momento a la caída de la obra pública sobre todo desde el estallido de la crisis económica. Y es que si algo es cierto es que Marconsa aglutinó durante muchos años el grueso de la obra pública al menos en la comarca de O Salnés. Una tedencia que cayó en picado con el estallido de la recesión y de la crisis.